martes, 23 de noviembre de 2010

COMUNICADO DE STOPBANQUE ESPAÑA


Como esto de las iniciativas en la Red no tiene, para bien o para mal, ni ejecutivas que “ejecuten” las iniciativas ciudadanas, ni líderes carismáticos que de sus ocurrencias los corderos silenciosos hagan mandamientos, me he tomado la libertad de traducir el comunicado de prensa que StopBanque Francia emitió hace ya unos días, adaptándolo mínimamente y bajo mi exclusiva óptica y responsabilidad a las circunstancias de la situación española.
No pretendo que sea tomado como catecismo de la iniciativa StopBanque en España, ni mucho menos. Estoy dispuesto a eliminarlo inmediatamente de este blog si alguien de forma razonada así me lo pide. Lo único que pretendo es cooperar a difundir la esencia de su contenido que no es otra que reaccionar de forma inteligente, eficaz y legal a los abusos que plutócratas y políticos están cometiendo contra el conjunto del pueblo español.


“Desde hace unas semanas, cuando en Francia se inicio la llamada al “bankrun”, que lanzaron a través de Facebook, invitando a todos los que deseasen compartir la iniciativa ciudadana de retirar el dinero de sus respectivas cuentas corrientes de forma que estas presentasen un saldo mínimo el próximo día 7 de diciembre, desde entonces los medios se vienen haciendo eco de esta propuesta.
Desde el momento en que se produjo esa propuesta y su propagación, los ciudadanos de decenas de países se han movilizado y, como es nuestro caso, hemos traducido el mensaje original en francés al castellano para extender esta iniciativa, ya que estamos convencidos de que la operatividad, la eficacia de esta acción se incrementa si es realizada internacionalmente.
Pretendemos obtener un sistema bancario sano, equitativo, accesible, y responsable legal y socialmente, para ello esperamos convencer a suficientes ciudadanos por todo el mundo para conseguir que de nuestra iniciativa se derive la atención a nuestras demandas por parte de nuestros respectivos gobiernos
Queremos dejar tajante y definitivamente claro que no hablamos en nombre de ningún partido político ni de ninguna organización sindical o religiosa. La nuestra es una acción ciudadana que se declara radicalmente ajena con todo propósito de odio o complot que en nuestro nombre pudiera ser reivindicado por terceras personas en cualquier espacio de difusión fuera de nuestro control. No estamos tratando de hacer daño a nadie en particular. Tan solo hemos decidido oponernos en la medida de nuestras posibilidades y siempre dentro de la ley a un sistema financiero corrupto y cómplice de aquellos otros que con su apoyo generan miseria y muerte.
¿Por qué hemos puesto en marcha esta acción? En primer lugar, hemos querido aumentar la conciencia pública sobre el funcionamiento del sistema monetario
La gran mayoría de los titulares de una cuenta bancaría, sea esta del tipo que sea, ignora la forma en que es creado el dinero o lo que es tanto o más importante, que hacen los bancos con el dinero que les confiamos. Activos, hedge founds, titulización, warrants, y tantos otros términos del argot bancario son auténticos muros que ocultan al ciudadano como operan internacionalmente los bancos usando nuestro dinero.
La mayoría ignora su forma de actuar y los medios no hacen nada para informar de forma objetiva, sencilla y transparente. Sin embargo lo que todos sabemos es que los delitos financieros y el uso de la información privilegiada abundan y la mayoría de ellos permanecen impunes siendo los depositantes los primeros y únicos que pagamos las consecuencias de sus especulaciones.
Lamentamos, y hoy denunciamos, que muchas de las cuestiones planteadas por los ciudadanos sobre la situación económica se mantengan sin ser respondidas de forma clara en las columnas de los diarios, pero de la misma manera lamentamos la falta de celo y coraje profesional con la que su silencio ha cooperado a que la situación económica mundial haya llegado al punto de haber puesto de rodillas a nuestros legítimos representantes políticos ante las agencias de calificación y sus especuladores internacionales.
Como hemos podido comprobar recientemente las huelgas y las manifestaciones ya no sirven para nada. No somos escuchados, no somos consultados, hacen lo contrario de lo que dicen y siempre en la misma dirección, a favor del sistema financiero y en contra de los ciudadanos. Es por ello que hemos hecho nuestra elección. Hemos decidido defender el sistema democrático atacando al sistema bancario.
¿Somos conscientes de las consecuencias económicas y sociales que se derivarían de nuestra inacción?
Somos particularmente conscientes de las consecuencias que el sistema financiero mundializado, desregulado e incontrolable tienen sobre nuestros trabajos, nuestra salud, nuestra educación, nuestras pensiones, nuestras industrias, nuestro ambiente, nuestro futuro, nuestra dignidad, la dignidad de los ciudadanos de los países que este sistema ha esclavizado por deudas que nunca podrán pagar para apropiarse de sus mejores recursos. Es el destino que les espera a los ciudadanos occidentales si no nos hacemos cargo de nosotros mismos.
Somos conscientes del papel que desempeña este sistema en la prosperidad de los imperios industriales y militares cuyos intereses dependen de los conflictos armados, de las enfermedades, de la escasez de alimentos y de la miseria que prevalece en los países que les proporcionan mano de obra y recursos naturales a precios insignificantes. Somos conscientes de que dicho sistema no tendrá nada que ganar en un mundo de paz y prosperidad y que al continuar confiando nuestro dinero honesta y duramente ganado a este sistema enfermo, nos volvemos cómplices de sus robos, de sus crímenes, de sus guerras, y de la miseria que genera.
¿Qué queremos?
Nosotros, los ciudadanos del sigo 21, herederos de las generaciones precedentes que se han sacrificado para que seamos y persistamos como ciudadanos libres y dignos, exigimos la creación de un BANCO CIUDADANO, al servicio de los CIUDADANOS, un banco que pondría nuestro dinero lejos de la fiebre especulativa, libre de todas las burbujas financieras condenadas a estallar un día, libre de las operaciones que transforman nuestros préstamos en activos tóxicos y se sirven de nuestras deudas para comprar otras riquezas.
Queremos que los bancos presten únicamente por el valor real de los depósitos propios y ajenos con los que cuenten. Bancos que ayuden a las pequeñas y medianas empresas a relocalizar las fuentes de empleo, bancos que presten a tasas próximas a cero. Bancos que apoyen proyectos que beneficien a los ciudadanos en lugar de los “mercados”. Bancos donde podamos depositar nuestro dinero sin tener cargos de conciencia. Bancos de los que no nos tengamos que estar cuidando. Bancos cuyo éxito ponga fin a los mercaderes de la muerte, a las enfermedades y a la esclavitud. Sobre las ruinas del viejo sistema, queremos construir un sistema bancario que no sacrificará la dignidad humana en el altar de la ganancia.
Nosotros, los ciudadanos, finalmente despertados por la pobreza y la desesperanza que afecta a los más vulnerables de nosotros – los pensionistas, beneficiarios de ayudas sociales o de trabajadores- y amenazada la supervivencia de las clases medias, de los emprendedores y de los trabajadores autónomos, queremos simplemente que sean canceladas las deudas públicas generadas a la fuerza por este sistema bancario que ya no queremos. No queremos que nuestros impuestos, nuestros esfuerzos, nuestros recursos sigan alimentando ese pozo sin fondo. Queremos recuperar el poder de acuñar moneda y liberarnos de las directrices que nos impone la Unión Europea, que se construyó contra el consentimiento de la mayoría de los consultados en referéndum, sin hablar de aquellos en cuyo país de origen no se organizó una consulta popular.
Conclusión
Es necesario resaltar que hasta la tecnología inicialmente concebida como mecanismo de ayuda al desarrollo y ayuda al trabajador ha derivado hacia el mecanismo que al servicio de los más desalmados negociantes ha facilitado deslocalización y desempleo.
Ese desarrollo tecnológico respaldado por los financieros opresores o retorna al servicio de la mejora de las condiciones de vida del hombre o seguirá siendo otro cruel aliado de los explotadores. Si el progreso tecnológico estuviese al servicio de los ciudadanos podríamos dar un salto cuántico en el desarrollo social y en la igualdad entre los pueblos del mundo, situación impedida por grupos de intereses concretos que son los principales beneficiarios de la permanencia de este sistema.
Ya tenemos el conocimiento para liberar a la humanidad de sus necesidades de energía fósil y nuclear y para producir y distribuir agua potable en todo el planeta a un menor costo, para producir frutas y verduras, desde témpanos hasta desiertos. La pobreza existe en nuestro planeta sólo por la falta de voluntad política de los países industrializados, sometidos a las leyes del mercado. La contaminación y el desperdicio de recursos no son más que tristes consecuencias de este sistema obsoleto al que tenemos que poner fin urgentemente.
Nosotros, los herederos del caos, tenemos un mundo que reconstruir. Un mundo donde el trabajo ya no será visto como un control, y la falta de trabajo como un drama, porque seremos capaces de inventar la manera en que el hombre del mañana asegurará su supervivencia, su educación, su bienestar y su vejez.
Invitamos a todos aquellos que nos quieran seguir en este camino – incluidos ustedes, queridos periodistas –a superar sus miedos a lo desconocido, a poner las primeras piedras para la construcción del sistema que sustituya el actual que, con o sin nosotros, terminará por derrumbarse, cuando nos haya quitado todo a todos. Preferimos no esperar a que lleguemos a ese punto o a uno peor, en el que para salvar la economía, se declare una guerra de más.
El futuro dirá si tenemos razón”.

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