martes, 30 de noviembre de 2010

THOMAS JEFFERSON, “EL ROJO”

Ahora que se comprueba lo que ya se sabía, que los USA convirtieron sus embajadas en nidos de espías, preferentemente ocupados en hacer informes personalizados que sirvieran de guion a los programas basura de las televisiones privadas, no viene mal recordar al tercer presidente de esos Estados Unidos, Thomas Jefferson, redactor del borrador que sirvió de base a la Declaración de Independencia y que entre otras muchas cosas pasó a la historia por fundar una universidad y por establecer las premisas de lo que se ha dado en llamar la democracia jeffersoniana cuyas principales características son: Democracia participativa, separación de poderes, separación de la Iglesia y el Estado, libertad de conciencia, el gobierno debe proteger la libertad de los individuos, y libertad de expresión y de prensa.
Pero como hoy quiero centrarme en el próximo atraco que van a cometer los “tiburones especuladores internacionales” contra los dineros de los trabajadores españoles, tengo que destacar lo que en 1802 decía Jefferson a su Secretario del Tesoro, algo así como su ministro de Hacienda. Decía: “Pienso que las entidades bancarias son más peligrosas para nuestras libertades que todos los ejércitos listos para el combate. Si el pueblo estadounidense permite un día que los bancos privados controlen su moneda, los bancos privados, y todas las entidades que florecerán en torno a ellos, privarán a los ciudadanos de lo que les pertenece, primero con la inflación y más tarde con la recesión, hasta que sus hijos se despierten, sin casa y sin techo, sobre la tierra que sus padres conquistaron.”
Hace nada más que doscientos ocho años, un presidente de los EEUU ya atisbaba el peligro de los bancos y eso que nada sabía de los actuales hedge founds, de warrants o de hipotecas sub-prime.
Leo en “El Confidencial” un artículo de Kike Vázquez que alerta sobre el ataque que van a sufrir los fondos de reserva de los sistemas publicos de pensiones, y lo demuestra basándose en el caso, ya efectivo, real y de hoy, de Irlanda.
Como todos sabemos Irlanda ha aceptado ser “rescatada” por la conjunción financiera Fondo Monetario Internacional y Banco Central Europeo. Este “rescate” se ha cifrado en 85.000 millones de euros, de los cuales, según el texto del acuerdo, (The State’s contribution to the €85 billion facility will be €17.5 billion, which will come from the National Pension Reserve Fund (NPRF) and other domestic cash resources. This means that the extent of the external assistance will be reduced to €67.5 billion), 17.500 millones se dotarán con cargo al fondo nacional de reserva de pensiones, el equivalente a nuestro Fondo de Reserva de la Seguridad Social.
Los irlandeses, tras su respectiva burbuja y ante el crak de sus bancos, no solo están soportando la subida de impuestos indirectos, como nosotros, sino que van a ver como el dinero que en años pasados han aportado a ese fondo de contingencias de carácter social, va a ser destinado a rescatar a los quebrados bancos irlandeses, los cuales, tras ser nacionalizados serán saneados con el dinero de los trabajadores y reprivatizados a no mucho tardar.
Ya nadie disimula en su ataque a la propiedad de los trabajadores. Pareciera que la Constitución hubiese establecido dos clases de derecho a la propiedad, la de aquellos bienes que son de titularidad pública y/o privativa de los trabajadores españoles, susceptibles ambos de ser rapiñados sin consecuencia o responsabilidad alguna, y aquellos otros bienes que inscritos en el haber de entidades financieras son, no solo intocables, sino indevaluables, de tal forma que, cuando los errores de los bancos provocan su propia inestabilidad económica y financiera, obligan a los sistemas democráticos a depauperar a sus ciudadanos para, con sus bienes y los publicos, salvar a los irresponsables banqueros, provocando, de forma indirecta, la muerte política de esos gobiernos traidores y cobardes.
Nos encaminamos, sin reacción política ni ciudadana, al punto en que los derechos y las propiedades ciudadanas van a ser expoliadas para mayor beneficio de los que han agrietado su propio sistema capitalista. Nos encaminamos hacia la depredación de los sistemas publicos de protección social, y tanto las pensiones como la salud, la educación y las ayudas a la dependencia, están en riesgo de desaparecer como sistema de cohesión e igualación social que los estados que se tienen por democráticos y de derecho hasta no hace mucho decían promover y mantener.
Si esto ya está sucediendo en Irlanda, nadie podrá argumentar que sea desmedida la iniciativa de dejarles sin nuestro dinero mientras podamos quitárselo. La fecha es el siete de diciembre. Para entonces las cuentas a cero, y que tomen nota.

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