No teman, que ni fúnebre, ni tétrico me he puesto hoy, solo, como siempre, más o menos cabreado con esto de ser español. Me explico.
Cuando poco a poco vamos conociendo que además de algunas jaimas ardiendo en la lejanía, algo mas ha debido pasar en el Aiún para que los manipuladores de uno y otro lado del estrecho tengan que ceder a la realidad y decirnos que, en efecto, las hordas fundamentalistas del Mohamed han causado, por el momento, nueve muertos entre los saharauis que a bordo de sus divisiones acorazadas invadieron el territorio marroquí.
Cuando ya no les es posible ocultar la masacre perpetrada por los amigos del sur, -por el hermano del monarca de aquí-, y cuando con el pausado goteo de la información pretenden que la noticia, la incómoda noticia, muera y se pudra con el paso de solo tres o cuatro días, comienzan a salir caras serias en los telediarios diciéndonos que es absolutamente falso que el primer ministro marroquí le adelantase a la Trini que en unos días iban a “levantar” el campamento de saharauis instalado en las proximidades de El Aiún.
Por favor, créanme. Si el primer ministro del sátrapa del sur dice que se lo anticipó, y doña Trini dice muy seria que no, decántense por creer al primero.
Y no porque Cándido tenga especial repulsión por quien consiguió en tres años lo que otros no consiguieron en veintiséis. La Trini, me niego a considerarla mi ministra, consiguió que un servidor acabase sintiendo autentica repulsión por su forma de hacer política y negocios. Por su forma de enfatizar el histrionismo y la mentira en cada pleno del ayuntamiento de Madrid, cuando se trataba, casualmente, de temas que conjugaban ideología y dinero. En todas esas ocasiones tanto alzaba la voz en su denuncia pública cuanto a renglón seguido, cinco minutos más tarde, en el patio de cristales de la Casa de la Villa, contuberniaba con Manolo Cobo o Juan Bravo, -PP sector político y PP sector euros, respectivamente-, un arreglo pragmático que a “todos” conviniese.
Y he llegado donde iba. Al más asqueroso sentido que puede darse a un concepto que, sin ser retorcido por algún pútrido político, es un concepto en si mismo positivo, el pragmatismo.
Dice la R.A.E.L. que el pragmatismo es un movimiento filosófico surgido a finales del siglo XIX que “que busca las consecuencias prácticas del pensamiento y pone el criterio de la verdad en su eficacia y valor para la vida”. Como pueden comprobar nada sucio o impresentable en tal concepción y su limpia practica, salvo…….salvo que de por medio se le añadan dos sumandos, los únicos dos sumandos, dinero y zapateristas, de cuya adición se obtiene sistemáticamente como resultado menos dignidad, menos dinero público y más corrupción mental.
Están comenzando a decir los desconcertados zapateristas, y la Trini al frente, que España ha de ser pragmática respecto a Marruecos, que el pragmatismo ha de ser virtud teologal en el quehacer de las relaciones internacionales, incluso hay quien se atreve a decir a los saharauis que lo que tienen que hacer es rendirse y conformarse con ser algo así como una autonomía tipo Murcia o La Rioja pero en suelo marroquí y con cus-cus.
Y que quieren que les diga…….que somos muchos los que siendo españoles, no somos esa España, esa su España, que del pragmatismo hace cuerda en la que ahorcar dignidad, decencia y justicia; que somos muchos los que ni anteponemos hoy, ni jamás aceptaremos que supuestos intereses nacionales, que de nacionales no tienen nada más que uno o varios nombres con sus respectivos apellidos castellanos, catalanes, vascos o de cualquier otra nación o nacioncilla confederada de las 17 que disfrutamos, den putrefacta carta de naturaleza legal y legitima a lo que solo es negocios de unos cuantos y sustanciosas comisiones para otros cuantos más.
Porque, díganme Vds. si es de interés nacional que barcos pesqueros repletos de pescadores marroquíes, que descargan las capturas en puertos marroquíes previo pago por parte de la U.E., o sea nosotros, de cuotas que en forma de hispañicas coimas van a parar a bolsillos corruptos de uno y otro lado; díganme si, por ello, es de interés nacional que los armadores españoles, los dueños de los barcos se sigan forrando sin generar empleo aquí.
Que dejen de intentar engañarnos también en lo internacional, que, como dice un diputadito nacional, no cuela. Que ya somos mayores, que tenemos memoria y aunque intenten que no lo seamos, somos libres de creer a quien nos de la realísima gana.
Déjenme que finalice con una comparación odiosa. Estamos asistiendo a todo un ridículo espectáculo de contradicciones en el seno del zapaterismo. Ahora resulta, ahora y antes, que la guerra de Irak, la guerra de Aznar, era ilegitima, y sus sostenedores son y serán unos distinguidos criminales a los ojos de la ciudadanía mas concienciada con la aplicación o violación de los Derechos Humanos. Sin embargo, las nueve muertes reconocidas por los medios de convicción, no tienen por qué provocar que quienes son cómplices del sátrapa marroquí sean señalados por el pueblo como cómplices necesarios de los criminales a sueldo, cobren estos en euros o en dírhams.
Esta es la putrefacción conceptual que cada vez más nos identifica como sociedad narcotizada por el dinero, los medios y los políticos.
Hay quien dice que español es el que no puede ser otra cosa, pues yo creo que somos muchos los que, aun pudiendo, nunca nos cambiaríamos, que aquí hay más político que jubilar y corrupto que encarcelar que allá donde hay dignidad y democracia.
Cuando poco a poco vamos conociendo que además de algunas jaimas ardiendo en la lejanía, algo mas ha debido pasar en el Aiún para que los manipuladores de uno y otro lado del estrecho tengan que ceder a la realidad y decirnos que, en efecto, las hordas fundamentalistas del Mohamed han causado, por el momento, nueve muertos entre los saharauis que a bordo de sus divisiones acorazadas invadieron el territorio marroquí.
Cuando ya no les es posible ocultar la masacre perpetrada por los amigos del sur, -por el hermano del monarca de aquí-, y cuando con el pausado goteo de la información pretenden que la noticia, la incómoda noticia, muera y se pudra con el paso de solo tres o cuatro días, comienzan a salir caras serias en los telediarios diciéndonos que es absolutamente falso que el primer ministro marroquí le adelantase a la Trini que en unos días iban a “levantar” el campamento de saharauis instalado en las proximidades de El Aiún.
Por favor, créanme. Si el primer ministro del sátrapa del sur dice que se lo anticipó, y doña Trini dice muy seria que no, decántense por creer al primero.
Y no porque Cándido tenga especial repulsión por quien consiguió en tres años lo que otros no consiguieron en veintiséis. La Trini, me niego a considerarla mi ministra, consiguió que un servidor acabase sintiendo autentica repulsión por su forma de hacer política y negocios. Por su forma de enfatizar el histrionismo y la mentira en cada pleno del ayuntamiento de Madrid, cuando se trataba, casualmente, de temas que conjugaban ideología y dinero. En todas esas ocasiones tanto alzaba la voz en su denuncia pública cuanto a renglón seguido, cinco minutos más tarde, en el patio de cristales de la Casa de la Villa, contuberniaba con Manolo Cobo o Juan Bravo, -PP sector político y PP sector euros, respectivamente-, un arreglo pragmático que a “todos” conviniese.
Y he llegado donde iba. Al más asqueroso sentido que puede darse a un concepto que, sin ser retorcido por algún pútrido político, es un concepto en si mismo positivo, el pragmatismo.
Dice la R.A.E.L. que el pragmatismo es un movimiento filosófico surgido a finales del siglo XIX que “que busca las consecuencias prácticas del pensamiento y pone el criterio de la verdad en su eficacia y valor para la vida”. Como pueden comprobar nada sucio o impresentable en tal concepción y su limpia practica, salvo…….salvo que de por medio se le añadan dos sumandos, los únicos dos sumandos, dinero y zapateristas, de cuya adición se obtiene sistemáticamente como resultado menos dignidad, menos dinero público y más corrupción mental.
Están comenzando a decir los desconcertados zapateristas, y la Trini al frente, que España ha de ser pragmática respecto a Marruecos, que el pragmatismo ha de ser virtud teologal en el quehacer de las relaciones internacionales, incluso hay quien se atreve a decir a los saharauis que lo que tienen que hacer es rendirse y conformarse con ser algo así como una autonomía tipo Murcia o La Rioja pero en suelo marroquí y con cus-cus.
Y que quieren que les diga…….que somos muchos los que siendo españoles, no somos esa España, esa su España, que del pragmatismo hace cuerda en la que ahorcar dignidad, decencia y justicia; que somos muchos los que ni anteponemos hoy, ni jamás aceptaremos que supuestos intereses nacionales, que de nacionales no tienen nada más que uno o varios nombres con sus respectivos apellidos castellanos, catalanes, vascos o de cualquier otra nación o nacioncilla confederada de las 17 que disfrutamos, den putrefacta carta de naturaleza legal y legitima a lo que solo es negocios de unos cuantos y sustanciosas comisiones para otros cuantos más.
Porque, díganme Vds. si es de interés nacional que barcos pesqueros repletos de pescadores marroquíes, que descargan las capturas en puertos marroquíes previo pago por parte de la U.E., o sea nosotros, de cuotas que en forma de hispañicas coimas van a parar a bolsillos corruptos de uno y otro lado; díganme si, por ello, es de interés nacional que los armadores españoles, los dueños de los barcos se sigan forrando sin generar empleo aquí.
Que dejen de intentar engañarnos también en lo internacional, que, como dice un diputadito nacional, no cuela. Que ya somos mayores, que tenemos memoria y aunque intenten que no lo seamos, somos libres de creer a quien nos de la realísima gana.
Déjenme que finalice con una comparación odiosa. Estamos asistiendo a todo un ridículo espectáculo de contradicciones en el seno del zapaterismo. Ahora resulta, ahora y antes, que la guerra de Irak, la guerra de Aznar, era ilegitima, y sus sostenedores son y serán unos distinguidos criminales a los ojos de la ciudadanía mas concienciada con la aplicación o violación de los Derechos Humanos. Sin embargo, las nueve muertes reconocidas por los medios de convicción, no tienen por qué provocar que quienes son cómplices del sátrapa marroquí sean señalados por el pueblo como cómplices necesarios de los criminales a sueldo, cobren estos en euros o en dírhams.
Esta es la putrefacción conceptual que cada vez más nos identifica como sociedad narcotizada por el dinero, los medios y los políticos.
Hay quien dice que español es el que no puede ser otra cosa, pues yo creo que somos muchos los que, aun pudiendo, nunca nos cambiaríamos, que aquí hay más político que jubilar y corrupto que encarcelar que allá donde hay dignidad y democracia.
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