miércoles, 8 de junio de 2011

NO A ESTA EUROPA

Esta de hoy no es la Europa que soñábamos los que durante el franquismo pudimos salir alguna vez fuera de las fronteras de la opresión y pudimos comprobar lo que aquí teníamos y lo que por allí tenían.
Esta no es la Europa que tras el franquismo nos dibujaron como deseable epicentro de la democracia de las libertades, de la justicia y de la solidaridad.
Esta Europa de ahora va camino de ser la máxima expresión de las desigualdades sociales y de la colonización del capitalismo imperialista que ya no necesita de colonias allende los mares pudiendo tener a esclavos semi-voluntarios dentro de su propia cofradía.
Cuando esta Europa de la explotación es capaz de enunciar sentencias tan contundentes como la que hoy, vayan Vds. a saber que “cualificado” portavoz ha dicho, “España debe subir el IVA para bajar las cotizaciones sociales” sin que ni un solo parlamentario de esta confederación hispánica haya alzado la voz para ciscarse en sus muertos, es que ni esa Europa ni esos europeos nos representan.
Nos mintieron cuando, años atrás, afirmaban tirios, felipistas, y troyanos, la derecha pos-franquista, que Europa nos imponía la privatización del Estado, más concretamente, la privatización de toda empresa pública rentable, cuando en ofensiva diferencia la totalidad del resto de los estados de la anterior Europa de los siete mantenía y mantiene sus respectivas empresas publicas en muy diversos sectores económicos calificados como estratégicos.
Durante unos años la economía española se benefició de aportaciones multimillonarias de aquella comunidad europea, la anterior a Maastricht, la Europa que del equilibrio entre sus estados miembros y sus pueblos hacía gala por el mundo. Hoy cuando se dice que aquellas ayudas beneficiaron a la economía española hay que entender que beneficiaron principal y mayoritariamente a los plutócratas españoles, a quienes se les regalaba parte del estado y para quienes se legislaba en la mayor concentración de poder económico que sistema financiero alguno ha disfrutado para mayor gloria de los herederos de uno de los financiadores de la “Cruzada” franquista y para el enriquecimiento de unos cuantos amigos de pupitre del segundo franquito que hemos tenido.
Hoy cuando la crisis del capital ha sido el pretexto para hundir la identidad de las políticas de equilibrio social que identificaban a Europa, se dan paradojas tan chuscas y tan reveladoras de cómo se conduce esta Europa de la indecencia como la que se está empezando a conocer.
Dicen los alemanes, los neonazis encubiertos de la CDU y sus asalariados del SPD que las deudas de las comunidades autónomas españolas son insoportables y han de ser objeto de limitación y reducción, exigencia que sería razonable si surgiese de alguien legitimado por su propio ejemplo, pero se da la circunstancia, la ofensiva circunstancia, que la totalidad de los landers alemanes mantienen una deuda pública que llega a duplicar la más alta deuda per cápita de la más alta deuda de las autonomías españolas, la valenciana.
Hoy Europa, a todos los efectos, es solo el núcleo central de los países que siempre han sido las potencias colonialistas europeas, Alemania, Francia y Gran Bretaña, ni los restantes cuatro países cofundadores, Bélgica, Holanda, Luxemburgo e Italia, ni los que en las sucesivas ampliaciones se fueron incorporando, excepción hecha de Gran Bretaña, han sido otra cosa que meros figurantes de los designios imperialistas del capital internacional, que si bien consintió hasta los ochenta la pervivencia de un cierto equilibrio entre el capital y la socialdemocracia, desde 1992, tratado de Maastricht y sucesivos, Ámsterdam, Niza y Lisboa, y las sucesivas ampliaciones a los países del este europeo, - una autentica colonización financiera con esclavismo laboral incluido-, han dado como resultado a una Europa que está desandando a velocidad sideral el camino de equilibrio social que tantos años costó alcanzar.
Hoy, Europa, la Europa del capital, impone la política a sus países asociados, hoy esa Europa no admite alternativas, y esa degenerada y desprestigiada Europa, marioneta de los USA, ha encontrado la fórmula para que su victoria sea incontestable, la Europa del retroceso y de la injusticia no solo se ha comprado países llave en mano, esa Europa se ha comprado también todas las ideologías existentes a golpe de talonario.
Nada ni nadie quiere cuestionar las ventajas que para los que viven de la política tiene la dominación capitalista. Desde aquellos que son los naturales defensores de ese sistema, la derecha europea, la más retrograda derecha xenófoba y clasista europea junto a la modernidad retribuida de la antigua socialdemocracia hoy traidora a los suyos, junto a la silente complacencia de quienes aun muy minoritariamente comparten con el resto de europarlamentarios cuarenta mil euros al mes por no hacer nada más que trabajarse la complacencia de quienes los coloca en las respectivas listas nacionales al parlamento europeo.
Ha corrido por Europa un eslogan más o menos afortunado en boca de miles de ciudadanos que se dicen indignados, “no nos representan”, dicen refiriéndose a los electos de los partidos políticos. Ni que decir tiene que también los euro-electos solo representan a sus propios intereses y a los de los plutócratas que generosa y muy justificadamente les pagan.
Puede que sea complicado, y seguro que exigiría sacrificios generalizados, pero abandonar a esa Europa, a sus leyes injustas, a sus ocultos manipuladores y a su sistema económico y monetario, depredador con los que menos tienen, sería una buena forma de recuperar identidad y la dignidad nacional y magnifico trampolín para regenerar la vida económica y política española. Pero que nadie se engañe, esto obligaría a barrer, de grado o a la fuerza, a todos los corrompidos por el dinero.

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