martes, 14 de junio de 2011

¡O TIBURONES, O PERROS!





Hará solo unos cuarenta años, más o menos, que un querido amigo de mi pueblo, retornaba a casa tras haber viajado el día anterior a la capital a resolver alguno de esos asuntos de los que en los pueblos, por entonces, no se resolvían. Parece ser que, acabadas sus gestiones, se entretuvo más de la cuenta en algún que otro bar por lo que regresaba a casa con las claras del nuevo día. Ya cerca de su destino se vio afectado tanto por el sueño como por los vapores de sus libaciónes y como era de esperar en esas circustancias.......tomó recta una curva, yendo a parar coche y cochero al cauce de un arroyo, el "caudaloso" Tamujar, pero con la buena suerte de acabar en una de las escasas pozas que algo de agua conservaba, lo cual amortiguó muy mucho el golpe.
Como la poza era somera y el porrazo no fue grande, el conductor pudo salir por su pie sin aparente mal físico, mas sucedió que el estruendo del chapuzón fue tal que, roto el silencio de la noche, unos feroces ladridos a cada instante más cercanos, pusieron el canguelo en su alma y, en ese temor, el empapado conductor rápido desanduvo lo andado y a la carrera se arrojó de cabeza a la charca mientras a sí mismo se decía…..“Antes pasto de los tiburones, que devorado por los canes de “Picoco”.
Sirva esta trasnochada anécdota para, sin alcohol de por medio, explicar la disyuntiva que, a mi entender, tenemos hoy la gente de izquierda, o pasto de los tiburones del PP o devorados por los canes neoliberales de Zp, si es que seguimos permitiendo que estos traidores, la otra derecha, mantengan su poder en el Psoe, imposibilitando de nuevo los avances sociales que la ciudadanía española necesita.
Nos anuncian los zombis zapateristas que hay que proseguir con las reformas, ese conjunto de medidas exclusivamente orientadas a esquilmar a los que menos tienen en beneficio de los que más siguen acumulando. Al tiempo se nos miente asegurando que no habrá adelanto electoral ya que de no ser así no se podrán efectuar esas inevitables reformas, y finalmente se nos demuestra el anhelo de cambio que al Psoe inunda cuando el sanedrín zapaterista cortocircuita e impide la mera competencia electoral, esa competencia interna que demuestra urbi et orbi la calidad democrática del Psoe y el concepto de la igualdad que practican según sus militantes se llamen Rubalcaba o Pepito Perez.
Con todo lo anterior y con lo que la ciudadanía ya lleva a cuestas en estos años de retorno a una dictadura con fachada de democracia, creo que somos muchos, cada día más, los que entendemos que la única forma por la que la izquierda española, -la izquierda sociológica, no la institucional-, pueda recuperar identidad y respaldo político sea permitiendo y soportando sin miedo que regresen los Buruagas , los Carlos Dávilas y Jiménez Losantos a la televisión de todos que entonces solo será suya, que de nuevo nos inunden los panegíricos y loas al líder inane, que nos atruenen con mentiras sus portavoces chulescos, habremos de hacer oídos sordos a las continuas visitas papales y a la catequización obligada, habremos de cerrar los ojos a los crucifijos en los colegios, saber que el actual tanto tienes tanto vales se incrementará, hemos de saber que retornará la mafia de los Agag y los Briatore, que se inventarán otros Perejiles patrióticos, que volverán las bodas imperiales, las subvenciones a según quien seas, la fiscalidad para amiguetes, el estado de malestar, volveremos a ver a la CEOE instalada en el ministerio de Trabajo, al Opus en Educación, a los falangistas en Defensa y a los ladrilleros en Fomento. En resumen recrearan el demo-franquismo en el siglo XXI.
Pero todo ese esfuerzo es el único que permitirá que crezca y acabe explorando esa ira ciudadana que hoy solo es desafección y puntual indignación inoperante. Ese esfuerzo colectivo es el que servirá de simiente al renacimiento de la izquierda que es lo mismo que decir el renacimiento de la democracia.

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