viernes, 21 de diciembre de 2007

¿PARA QUE Y PARA QUIEN CRECER?

Hace ya unas semanas toqué de pasada este tema que en el PSF, parece que está siendo el tema capaz de alojar tanto concepciones globales como ideas de futuro mas o menos puntuales.
Ahora que, ¿hemos?, sobrepasado a Italia en Pib per capita, lo cual significa que hay "capitas" españolas que tienen mucho mas PIB, no solo que las "capitas" italianas, sino que las "capitas" suizas, saudies o luxemburguesas, tan mal se reparte aqui la riqueza, y dado que en los próximos cuatro años vamos a por Francia, no a devolverle el 2 de mayo, no sino a sobrepasarlos en esta ratio que lo único que dice es que, en caso de conseguirse, se habrá generado mas riqueza, pero que si no se cambian las formulas de reparto, significará que las desigualdades habrán aumentado, las injusticias sociales habrán crecido y la marginalidad y la pobreza habrán ensanchado sus dominios, creo que ya es apremiante, que cada día es mas urgente responder para qué crecer y para quien crecer.
Y las respuestas no hay que buscarlas en el viento que decía Dylan. Las respuestas están en el presente y en el pasado inmediato.
Si no se cambian las formulas de reparto de la riqueza que en un país como este nuestro se crea, volveremos a ver como la participación de las rentas del trabajo disminuyen con el beneplácito de la izquierda gobernante, de la izquierda "verdadera" y de los agentes sociales que acaban de recomendar que la tasa inflación no se transforme en subidas salariales.
Si la formulas de redistribución, vía fiscalidad y posterior gasto social, siguen manteniendo la tendencia actual, si no incrementándola, y al desaparecido impuesto sobre el patrimonio, se suma, según anuncian, la posterior desaparición del impuesto sobre sucesiones y donaciones, si se va a proseguir con las rebajas fiscales en el impuesto de sociedades y a los tramos mas altos del IRPF, y junto a esta "desamortización fiscal" se continua con la desinversión social, menos gasto en educación, en sanidad, en protección social, puesto que ya las tasas de inflación superan a los incrementos presupuestarios previstos en estas áreas y los superávit de las cuentas de la seguridad social, provenientes de cotizaciones sociales se destinan a operaciones financieras que solo a los intermediarios benefician, si esto sigue así, cualquier crecimiento del producto interior bruto tendrá, como ahora, un destinatario único, el bolsillo del capital.
De nuevo en época de bonanza económica, ya relativa y al parecer a la baja, se han perdido y se seguirían perdiendo oportunidades de por fin crear en este país una sociedad mas igualitaria, mas justa, mas equilibrada y por lo tanto mas fuerte.
Sin articular mecanismos alternativos al actual sistema de distribución de la riqueza, que solo desde la legitimidad de un autentico partido y/o gobierno de izquierda es posible concebir, sin articular estas reformas, en forma alguna se podrá afirmar que los crecimientos económicos por si solos llevan aparejados mayores niveles de bienestar y menos aún mayores niveles de equilibrio y justicia social.
Es por ello que entiendo como inaceptable la sola enunciación de crecimientos económicos que no lleven consigo respuestas a las preguntas formuladas y menos aún que ese crecimiento no responda, en un estado de derecho, a un análisis de necesidades sociales derivado de un amplio debate social en el que la sede política sea una mas de entre las que la sociedad española se ha dado para representarnos.
Hoy la confianza de la ciudadanía en la clase política es menguante, lo que supone una dificultad añadida y por ello hay que abrir el espectro de las representaciones ciudadanas para que vuelva a crecer la coincidencia entre la realidad de los políticos y la realidad de los ciudadanos.
El resultado del esfuerzo laboral de todos los ciudadanos de este país, empresarios y trabajadores, no puede, no debe seguir generando desigualdades en una sociedad que cuando, en los malos tiempos, se le han demandado esfuerzos y sacrificios, los ha entregado orgullosa y generosa, y hoy, mejor ayer, ya toca y ya tocaba que los beneficios sean repartidos con mas justicia. Lo contrario es peligroso.
Y es peligroso porque una sociedad débil por injusta, desequilibrada, desagregada y dividida socialmente por la falta de valores solidarios comunes que hagan propios los infortunios ajenos, es una sociedad fácil de manipular, de inducir, de orientar hacia el odio y la confrontación. Una sociedad así es una sociedad que corre el riesgo de dejar de serlo.
Por todo lo anterior entiendo que es bueno crecer económicamente, pero hay que crecer desde las bases un nuevo pacto social que recupere el terreno perdido por la abulia y la molicie de unos, la izquierda, y por la avaricia insaciable de otros, los neocons, la derecha....y por qué no decirlo, también algunos de la izquierda.
Mal nos ira colectivamente si los ricos cada dia lo son mas y los pobres cada dia son mas, mas pobres y mas desatendidos.