Una de las "identidades incógnita" de Zp en el primer momento de enunciarla, fue la por él llamada "España plural". En su inicial explicación relató hechos y circunstancias históricas y actuales que lo único que hacían era constatar obviedades. La idiosincrasia colectiva, social de los ciudadanos andaluces es, ha sido y será diferente de la de los catalanes, vascos, gallegos o cuales quiera otros ciudadanos de territorios españoles que con identidad propia pueden y deben seguir siendo como ellos mismos tengan a bien ser. Y de aqui no pasó.
Lo que Zp nunca dijo, lo que Zp nunca expresó es que esa "España plural" habría de ser una confederación de autonomías que además de tener su propia identidad colectiva tuviese unas diferenciadas normas por las cuales sus ciudadanos tendrían derechos diferentes a los que otros, de otras autonomías pudieran darles, consentirles o venderles. Esto nunca lo dijo Zp.
Hoy día se está viendo cuan inviable es esa "España plural" desde la óptica de la igualdad en el ejercicio de derechos ciudadanos básicos.
Hoy la educación es muy distinta en Madrid o en Extremadura, en Cataluña o en Andalucia, hoy la sanidad presta diferentes servicios y con diferente calidad según en qué comunidad se reciba, hoy incluso las prestaciones sociales, desde las ayudas familiares hasta las pensiones contributivas o no, varían según la comunidad en la que se viva, ya que las hay que las suplementan de forma tal, que esas propinas además de arbitrarias, son ofensivas para cualquier otro ciudadano de este, aún, único Estado Español.
Si a esa "España plural" de Zp se suma el variopinto ramo de revisiones estatutarias hasta ahora habido, fruto exclusivamente de las apetencias de la clase política, tanto de nacionalistas como de no nacionalistas, y Cataluña y Andalucia son dos buenos ejemplos de esa misma desbocada apetencia, hay que concluir que el disparate de estado a que nos aboca la insensatez, por no decir la estupidez histórica de este Zp, hace que aún con los esfuerzos de los mas lucidos analistas, pocos y despreciados, estemos, estén condenando a la permanente confrontación a la generación que seguirá a este Zp y a estos incoherentes peperos, (recuérdese el plagio valenciano del nuevo Estatut), y ojala que solo sea política, aunque confío, y este sería mi deseo, que les estén condenando a usar tantas toneladas de sensatez, racionalidad y conveniencia política ciudadana, como desmesura, estupidez e incompetencia política estamos teniendo en este tema hasta ahora.
Ya va siendo hora que los intereses ciudadanos sean los que rijan la acción política, y la "España plural", en el futuro, sea nada mas y nada menos que el ejercicio del respeto a la diferencia en la igualdad de derechos ciudadanos.
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