martes, 14 de abril de 2009

¿EL NUEVO MOVIMIENTO NACIONAL? (II)

Quiere la casualidad que el aniversario de la proclamación de la Republica me encuentre tratando de denunciar la posible construcción de otro “movimiento nacional”, que si bien no derruirá ni republica ni monarquía alguna, puede que se cargue de forma velada la esencia política de cualquier sistema democrático, la alternancia política y la confrontación democrática derivada de opciones plurales.
Este experimento político puesto en marcha en el País Vasco, por novedoso y por artificial merece ser analizado siquiera sea desde el punto de vista de la mas evidente anomalía de la realidad vasca, la que desde hace más de cuarenta años aqueja a aquella sociedad, la presencia en su seno de los asesinos de ETA.
Es obvio que aun con la raigambre social que el llamado entorno de Eta presta a los terroristas, estos no hubiesen podido traspasar los distintos momentos históricos de Euskadi sin la renuencia que diversos componentes del Estado les han prestado aun de forma involuntaria.
Así, tanto los nacionalistas vascos de forma ininterrumpida, como los socialistas de forma tan equivoca como puntual en los inicios de la transición y mas recientemente en el garrafal error de Zp negociando con ellos en la pasada legislatura, han conseguido, aun pretendiendo lo contrario, que pervivan, bien es cierto que mermados, hoy, en su capacidad de matar.
Tanto con gobiernos centrales del PP o del PSOE, como con gobiernos en Ajuriaenea de socialistas y peneuvistas o de estos en solitario o con socios diversos, EA e IU, con todas estas combinaciones gubernativas, el clima social del País Vasco ha estado cruzado por el miedo y la inseguridad, pero esto, sorprendentemente, no ha sido obstáculo para el desarrollo social y económico de los que allí viven.
Desgraciadamente, esa situación ha llegado a convertirse en la “normalidad” vasca, normalidad que tan solo es sacudida cuando los bárbaros hacen honor a su nombre, momentos en los cuales se alzan las voces de los próceres de todos los colores maldiciendo y renegando de los asesinos para acto seguido volver a su anormal “normalidad”, confiando que el esfuerzo de los cuerpos policiales les justifique su permanencia en tan prolongada anormalidad.
De los resultados electorales recientes se ha deducido que podría darse un cambio en el color del gobierno y con ello, y de eso va la cosa, sustituir a un gobierno nacionalista por otro que dicen llamar constitucionalista, denominación que afronta y afrenta a los anteriores legítimos gobiernos que por muy nacionalistas e incluso soberanistas que hayan podido ser estaban dentro de la Constitución, ya que de no haber sido así González, Aznar y Zp deberían haber sido acusados de connivencia con aquellos que según su propia argumentación habrían estado fuera de la ley máxima.
Y como nada de esto ha sido como quieren presentárnoslo hoy es por lo que sus sobrevenidas explicaciones sobre la conveniencia del pacto contra natura tratan de ocultar dos pretensiones. Una es la simple, pura y antigua practica política de quítate tu para ponerme yo, para lo cual se ha retorcido hasta lo inverosímil la necesidad de pacto entre los autodenominados constitucionalistas, PP y PSOE. La otra es servir de experimento puntual que permita tomar o no la decisión de aplicar tal formula de casamiento político del PP y del PSOE a nivel nacional.
En Euskadi no se dan las condiciones para tan consanguíneo casamiento y el escaso tiempo trascurrido desde las elecciones está empezando a demostrar que aquello que dicen que es el núcleo de su necesidad política máxima, normalizar la situación y acabar con ETA, no ha consumido desde el acuerdo suscrito por los dos partidos ni tiempo ni esfuerzos añadidos a los que de forma mas o menos rutinaria se venían haciendo desde siempre.
De otro lado, bajo la tal “necesidad” de renovación política en el País Vasco se oculta la real voluntad de desprenderse de las rémoras nacionalistas que para los dos partidos de ámbito nacional que pueden ocupar la Moncloa suponen los apoyos parlamentarios que en situaciones de mayorías relativas se vienen dando últimamente. Situación tan costosa como extorsionante que pone de manifiesto uno de los mas significados fracasos de Zp, el fracaso de su España plural y la disparatada senda que la actual estructura del estado está recorriendo, senda que, sea federal o confederal, no está permitiendo alcanzar la igualdad en el ejercicio de los derechos ciudadanos sea cual sea el territorio, nacionalidad, autonomía o perdido pueblo en el que uno se encuentre.
Así, no pasará mucho tiempo para que empecemos a ver como las inversiones y el gasto publico centralizado se orienta hacia el País Vasco ya que esta es la única formula que conocen para cimentar su desvarío político, comprar voluntades con el dinero del resto de los españoles, por lo que me temo que veamos como a sus limitadas acciones “normalizadoras” los asesinos respondan demostrando su existencia y sus “razones” a punta de pistola. Por lo mismo me malicio que el PNV se extreme en sus ansias de dominio político y social en la calle y ahonde su soberanismo, y finalmente, a nivel nacional, puede que veamos cómo sin variar nada de la dimensión administrativa y de representación política de las autonomías, justificándose en las reacciones nacionalistas, tratarán de modificar la ley electoral de forma que la representación de los nacionalismos en el parlamento nacional disminuya sin que aumente significativamente la de otras fuerzas, especialmente si estas son de izquierda.
Como se ve todo lo que colijo que pudieran hacer estará orientado a “dar satisfacción a los deseos y necesidades de los ciudadanos”, lo cual hace que el símil que mantengo de esta unión política con el antiguo Movimiento Nacional no sea tan disparatada. Tanto unos, los de antes, como otros, los de ahora, están solo a lo suyo y lo imponen por distintos medios, pero ambos aplastantes y limitadores del juego político democrático.
(Continuará)

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