No deja de ser curioso que cuando todos los años se aprueban las cuotas, las tarifas que sobre los salarios de los trabajadores han de aportar estos y las empresas a la Seguridad Social y todos los años en mayor o menor cuantía la llamada cuota patronal se reduce mientras que la cuota obrera permanece inalterable, cuando tal sucede, nadie, ni de la supuesta representación de los trabajadores, los sindicatos, ni de un gobierno autoproclamado progresista, ni, en buena lógica, desde las filas de la patronal, se contempla siquiera la posibilidad de reestablecer cualquiera de los niveles perdidos de tales aportaciones.
A lo largo de los últimos años, las cuotas patronales se han visto reducidas en casi un veinte por ciento, es decir, los ingresos de la Seguridad Social podrían haber sido considerablemente superiores, no en esa proporción, pero podrían y deberían volver a serlo si la estabilidad económica del sistema peligrase. Pero como no peligra, sino que lo que se quiere es rebajar el gasto social, anular el préstamo del Estado a la Seguridad Social y favorecer el engorde de los resultados empresariales, solo se acude a formulas que reduzcan las cuantías de las pensiones, nunca a mecanismos que aumenten los ingresos.
Dicen, y mienten al decirlo, que la proyección a quince o veinte años vista de la actual composición de la pirámide de edad de la población española determina el colapso futuro del sistema, mienten, ya que el peor momento de la relación entre cotizantes y pensionistas, principios de los años noventa, llegó a ser algo inferior a 2 a 1, cuando hoy la proporción ha llegado a 2,6 a 1, un 30% superior con un numero de cotizantes que ha pasado de 14 a casi 19 millones. En ese periodo de tiempo se ha hecho coincidir la ampliación del periodo de cálculo de la base reguladora de 8 a 15 años con la ya citada rebaja de las cuotas patronales en un 20 %. Se han bajado las pensiones en tal cuantía que aun bajando cuotas y aumentando el número de pensionistas se han generado excedentes de los cuales más de un tercio ha acabado en los bolsillos de los banqueros-ladrillistas.
Por todo lo anterior, nadie puede asegurar que el sistema peligre basándose en proyecciones a tan largo plazo, ya que en forma alguna pueden contemplar con exactitud el devenir social, político y económico no solo de este nuestro país, sino el devenir político social y económico mundial en el que estamos engarzados para bien y para mal, o en caso contrario y aceptando momentáneamente su interesada posición ¿como es que no han previsto y evitado la actual crisis económica , financiera y de confianza mundial disponiendo de multitud de indicadores que en el corto plazo, no en el largo, así la anunciaban?.
En más de una ocasión he denunciado el mangoneo interesado de los componentes del Pacto de Toledo y sus corruptas determinaciones sobre el dinero de los trabajadores. En más de una ocasión he denunciado a los más altos gestores de la Seguridad Social que hacen el caldo gordo a los mal llamados planes de pensiones de la banca española. En más de una ocasión he demostrado que lo que los tiburones bancarios y sus rémoras, las aseguradoras, pretenden cuando alertan sobre la inviabilidad del sistema es hacerse con el sistema de la Seguridad Social que, en sus manos, pasaría a ser solo un pingüe negocio para ellos y una ruina social para los pensionistas.
En este punto hay que recordar al Chile pinochetista que privatizó hasta la ruina total, por la rapiña de los “Chicago´boys”, el sistema publico de previsión social, o con menos escándalo, por acostumbrado, el sistema de “protección social” liberal yankee que genera pensionistas públicos tan marginados como orondos rentistas retirados que en su vida laboral activa pudieron pagarse seguros privados. Que nos digan cual es su modelo, si es el solidario de reparto, único y público o el dual, insolidario y marginador en manos de la banca.
Nunca hasta ahora se había dado la ocasión de denunciar la coincidencia argumental y seguro que también de intereses económicos entre los depredadores sociales y aquel que debería velar por el mantenimiento y el fortalecimiento, desde la vertiente económica, del único pilar social de este nuestro cada vez mas estado de malestar.
Y por si de muestra anecdótica no bastara un botón, véanse dos. A la soflama alarmista de Mafo se han sumado de inmediato toda la prensa de derechas, lo cual es una redundancia ya que de derechas, en temas económicos, toda lo es. El segundo botón de muestra es esa patita de lobo clasista que Mafo asoma al pretender romper con el solidario sistema de reparto, y transformarlo en un sistema proporcional, aquel que mantiene que el que más aporte más obtenga. De nuevo el ADN “solidario” del Zapaterismo se pone de manifiesto.
Con esta avalancha “deformativa” tienen que tener muy claro todos los trabajadores que estén en activo, que aun no sean pensionistas, que cuando llegue el instante de jubilarse, se encontraran que no van a cobrar lo que un supuesto compañero de trabajo con la misma calificación profesional y con los mismos años de cotización cobrará si tal que hoy, al límite de edad, se jubila; los futuros jubilados cobraran bastante menos. Cobrarán el resultado de aplicar las cuantías de las bases cotizadas en mas años de su vida laboral, con lo cual y dado que cada paso hacia el pasado en lo que a salarios y cotizaciones se refiere supone contemplar cantidades menores, otro tanto ocurrirá con la pensión así calculada. Así hoy se dan multitud de injustos casos de pensionistas que sufren en sus ingresos la minoración derivada de haber pasado de ochos años, los últimos cotizados de la vida laboral de un trabajador, a aplicar quince años. Esta ampliación supone, ha supuesto y está suponiendo diferencias de hasta el 28 % en la cuantía de las pensiones de aquellos a los que se aplicaron los últimos ocho años y los que sufrieron y sufren la aplicación de quince años.
Sin necesidad de más cálculos se puede fácilmente imaginar que sucederá si de quince pasan a veinte años de vida laboral o, como muchos proponen, el cien por cien de los años que conformen la vida laboral de cada trabajador. Miseria repartida por miserables.
Van a llevar razón aquellos que mantienen que los que ahora en vez de socialistas, a sí mismos se llaman progresistas, es porque en vez de socializar lo que pretenden es progresar…...ellos. A los demás que les vayan…….quitando.
A lo largo de los últimos años, las cuotas patronales se han visto reducidas en casi un veinte por ciento, es decir, los ingresos de la Seguridad Social podrían haber sido considerablemente superiores, no en esa proporción, pero podrían y deberían volver a serlo si la estabilidad económica del sistema peligrase. Pero como no peligra, sino que lo que se quiere es rebajar el gasto social, anular el préstamo del Estado a la Seguridad Social y favorecer el engorde de los resultados empresariales, solo se acude a formulas que reduzcan las cuantías de las pensiones, nunca a mecanismos que aumenten los ingresos.
Dicen, y mienten al decirlo, que la proyección a quince o veinte años vista de la actual composición de la pirámide de edad de la población española determina el colapso futuro del sistema, mienten, ya que el peor momento de la relación entre cotizantes y pensionistas, principios de los años noventa, llegó a ser algo inferior a 2 a 1, cuando hoy la proporción ha llegado a 2,6 a 1, un 30% superior con un numero de cotizantes que ha pasado de 14 a casi 19 millones. En ese periodo de tiempo se ha hecho coincidir la ampliación del periodo de cálculo de la base reguladora de 8 a 15 años con la ya citada rebaja de las cuotas patronales en un 20 %. Se han bajado las pensiones en tal cuantía que aun bajando cuotas y aumentando el número de pensionistas se han generado excedentes de los cuales más de un tercio ha acabado en los bolsillos de los banqueros-ladrillistas.
Por todo lo anterior, nadie puede asegurar que el sistema peligre basándose en proyecciones a tan largo plazo, ya que en forma alguna pueden contemplar con exactitud el devenir social, político y económico no solo de este nuestro país, sino el devenir político social y económico mundial en el que estamos engarzados para bien y para mal, o en caso contrario y aceptando momentáneamente su interesada posición ¿como es que no han previsto y evitado la actual crisis económica , financiera y de confianza mundial disponiendo de multitud de indicadores que en el corto plazo, no en el largo, así la anunciaban?.
En más de una ocasión he denunciado el mangoneo interesado de los componentes del Pacto de Toledo y sus corruptas determinaciones sobre el dinero de los trabajadores. En más de una ocasión he denunciado a los más altos gestores de la Seguridad Social que hacen el caldo gordo a los mal llamados planes de pensiones de la banca española. En más de una ocasión he demostrado que lo que los tiburones bancarios y sus rémoras, las aseguradoras, pretenden cuando alertan sobre la inviabilidad del sistema es hacerse con el sistema de la Seguridad Social que, en sus manos, pasaría a ser solo un pingüe negocio para ellos y una ruina social para los pensionistas.
En este punto hay que recordar al Chile pinochetista que privatizó hasta la ruina total, por la rapiña de los “Chicago´boys”, el sistema publico de previsión social, o con menos escándalo, por acostumbrado, el sistema de “protección social” liberal yankee que genera pensionistas públicos tan marginados como orondos rentistas retirados que en su vida laboral activa pudieron pagarse seguros privados. Que nos digan cual es su modelo, si es el solidario de reparto, único y público o el dual, insolidario y marginador en manos de la banca.
Nunca hasta ahora se había dado la ocasión de denunciar la coincidencia argumental y seguro que también de intereses económicos entre los depredadores sociales y aquel que debería velar por el mantenimiento y el fortalecimiento, desde la vertiente económica, del único pilar social de este nuestro cada vez mas estado de malestar.
Y por si de muestra anecdótica no bastara un botón, véanse dos. A la soflama alarmista de Mafo se han sumado de inmediato toda la prensa de derechas, lo cual es una redundancia ya que de derechas, en temas económicos, toda lo es. El segundo botón de muestra es esa patita de lobo clasista que Mafo asoma al pretender romper con el solidario sistema de reparto, y transformarlo en un sistema proporcional, aquel que mantiene que el que más aporte más obtenga. De nuevo el ADN “solidario” del Zapaterismo se pone de manifiesto.
Con esta avalancha “deformativa” tienen que tener muy claro todos los trabajadores que estén en activo, que aun no sean pensionistas, que cuando llegue el instante de jubilarse, se encontraran que no van a cobrar lo que un supuesto compañero de trabajo con la misma calificación profesional y con los mismos años de cotización cobrará si tal que hoy, al límite de edad, se jubila; los futuros jubilados cobraran bastante menos. Cobrarán el resultado de aplicar las cuantías de las bases cotizadas en mas años de su vida laboral, con lo cual y dado que cada paso hacia el pasado en lo que a salarios y cotizaciones se refiere supone contemplar cantidades menores, otro tanto ocurrirá con la pensión así calculada. Así hoy se dan multitud de injustos casos de pensionistas que sufren en sus ingresos la minoración derivada de haber pasado de ochos años, los últimos cotizados de la vida laboral de un trabajador, a aplicar quince años. Esta ampliación supone, ha supuesto y está suponiendo diferencias de hasta el 28 % en la cuantía de las pensiones de aquellos a los que se aplicaron los últimos ocho años y los que sufrieron y sufren la aplicación de quince años.
Sin necesidad de más cálculos se puede fácilmente imaginar que sucederá si de quince pasan a veinte años de vida laboral o, como muchos proponen, el cien por cien de los años que conformen la vida laboral de cada trabajador. Miseria repartida por miserables.
Van a llevar razón aquellos que mantienen que los que ahora en vez de socialistas, a sí mismos se llaman progresistas, es porque en vez de socializar lo que pretenden es progresar…...ellos. A los demás que les vayan…….quitando.
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