viernes, 17 de abril de 2009

MIENTEN COMO BELLACOS. LO QUE SON. (I)

¿Quien en su sano juicio afirmaría que el gobernador del Banco de España, el mismo que está repartiendo miles de millones a coste casi cero a los bancos y cajas españoles, esté altamente preocupado por los pensionistas españoles de hoy día?. Respuesta: nadie. ¿Y por los pensionistas de dentro de diez y seis años? Menos aún.
Antes de que algún fervoroso “ferraciano” me descalifique y me inunde de sapos y culebras, reconoceré que lo anterior es demagógico por inexacto, ya que el llamado MAFO nada ha dicho sobre los pensionistas. Este Sr. pasa olímpicamente de ellos. Lo que a este alto funcionario le preocupa son las pensiones, las cuantías de las mismas, y,- esto otro lo digo yo-, lo que le preocupa y encorajina es que el dinero que se destina a pensiones, o al menos parte de él, no vaya a otro sitio, a su entender más conveniente a sus intereses.
Este Sr. está en su derecho a pensar y decir lo que le de la realísima gana, lo que no puede hacer, ni como ciudadano, ni como funcionario al que pagamos, -también los pensionistas-, es mentir. Y este señor ha mentido como el bellaco en que así se convierte, ya que lo ha hecho a sabiendas, con intención de engañar, ocultando datos que conoce y tratando de favorecer al que más tiene, bancos y aseguradoras. Este Sr. está cooperando a un nuevo intento, -otro más-, de disminución de las prestaciones sociales mediante un procedimiento que consiste en quitarle bastante de lo poco que dispondrán en el futuro a aquellos que solo su pensión tendrán. Aunque en su descargo hay que decir que no es pionero en tal proceder don Miguel Ángel Fernández Ordoñez, ya que esta es la forma tradicional de actuar del capitalismo zapaterista.
Hay que decir y recalcar, en contra de lo afirmado por Mafo, que el sistema de la Seguridad Social se nutre económicamente, no del fondo de reserva, que como su propio nombre indica es una alcancía para los momentos en que pudiera haber insuficiencia presupuestaria, el sistema se nutre de las cuotas obreras y patronales que mes a mes, activos y parados, aportan al sistema, directamente unos, los ocupados, y por intermediación del Estado, los parados con prestación por desempleo. Esa es la fuente que mas caudal aporta a las arcas del sistema, en torno al 80-85 % del total.
Es por lo tanto mentira premeditada e intencionada que las pensiones peligrarían por el acostumbrado y repetido hecho de haber necesitado financiación publica para no haber presentado déficits, ya que las cuentas de la seguridad social, como cualquiera otra que sea pública ha de ser equilibrada en ingresos y gastos.
De hecho, salvo los años que van del 2001 al 2008, años de excedentes, de superavits, todo el resto de los anteriores ejercicios económicos de la Seguridad Social se han venido cerrando de forma legal, es decir con equilibrio en la ejecución presupuestaria, por ser mas exacto, se han cerrado con equilibio presupuestario gracias a las aportaciones financieras del Estado que evitaba asi incurrir en deficits, y tan bien lo sabe esto el Sr. Mafo que siendo gobernador del Banco de España tiene la obligación de saber cuál es el balance de la cuenta que en el propio Banco de España tiene la Seguridad Social tras los muchos años de aportaciones económicas por parte de la Hacienda Pública a través de este banco regulador para que la Seguridad Social pudiera presentar equilibrio presupuestario, lo que en el argot de las cuentas del sistema se denomina el préstamo del Estado.
Dicho de otra forma, esos inexistentes “déficits” de la Seguridad Social son tan normales que llegan a ser incluso deseables desde la óptica del mantenimiento y extensión de prestaciónes de bienes de carácter social. Son tan normales y deseables como aquellos otros déficits que tendríamos si sus cuentas, como las de la Seguridad Social, se presentasen de forma separada de los presupuestos generales del estado, y por lo tanto, de forma separada se contabilizasen los ingresos y gastos de servicios públicos tales como la educación, la sanidad, el transporte público, los servicios sociales, las prestaciones derivadas de la aplicación de la ley de dependencia, las pensiones no contributivas o las universidades, todos ellos siempre tan positivamente deficitarios como imprescindibles y por ello financiados con recursos públicos, con dineros procedentes de impuestos.
Pero sucede que tras varios años con superávits que han sumado un total de 67.709 millones de euros, de los cuales solo 40.973 se han destinado al fondo de reserva de la Seguridad Social, y en un momento en el que las arcas del estado están a cero, en el mismo momento en que la deuda pública estatal emitida parece que no se coloca en mercados internacionales y por ello no pueden seguir trasvasando dinero público a sus amos los banqueros, vuelven la mirada a la más rentable “empresa pública” española, la que en los últimos ocho años les ha proporcionado “gratis et amore” 26.736 millones de euros que es la diferencia entre el superávit habido en ese tiempo y la cantidad aportada al fondo de reserva. Millones que detraídos de los bolsillos de los trabajadores han acabado en manos de quienes prestaron dinero al Estado, -amortización de deuda pública-, o en manos de los que con el ladrillo se las han quemado, sin olvidar una “ligera” merma, que no puedo cuantificar, destinada a la compra de “esparadrapo bucal” para sindicatos y patronal, esparadrapo que, les aseguro, es carísimo.
(Continuará)

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