2 DE MAYO REACCIONARIO

Por mucho que a los actos oficiales se sumen todas las "autoridades", este dos de mayo tiene un contundente sabor reaccionario.

Cuando doña Aguirre-Newman, presidenta-lideresa de la Comunidad de Madrid y el alcalde de Mostoles, también pepero se lanzan a esto del bicentenario de la independencia como si la vida les fuese en la celebración, hay que sospechar que se quieren apropiar tanto de la "independencia" como de la "nación". Sacan a Goya a la calle, reinterpretando, manipulando pro domo sua, el rechazo, el dolor y la animadversión que el pintor sintió por esa guerra y por cualquier otra, y dejan de puertas adentro los desastres de la guerra que tanto ocupó y obsesionó al artista.

Y es que quieren ocultar que esa guerra fue una guerra promovida, alentada y sostenida por los mas reaccionarios y liberticidas sentimientos que los absolutistas y la iglesia católica opusieron al conocimiento, al racionalismo, y a la postre, a la inevitable acompañante de la ilustración, la libertad.

Esta gente, esta de hoy y aquella de ayer, comparten ansias de dominio sin parcelas de libertad alguna, y la única diferencia generacional es que a estos de hoy les resulta difícil encontrar una excusa que fundamente públicamente y sin rechazo social su verdadera identidad, la de represores y absolutistas. Tan solo, y de forma pasajera, ocultan todo lo anterior en un llamado patriotismo que mas que español es anti-francés como lo hubiese sido anti-alemán si estos hubiesen sido los impulsores del germen de la libertad ciudadana en España.

No llegaré a mantener que mejor nos habría ido con los napoleonicos morando por aquí, pero si los afrancesados fueron siempre objeto de persecución por la carcundia que en estos dos siglos aquí hemos disfrutado, ya es motivo por si mismo suficiente como para al menos dudar de los cimientos del aniversario.

Pero por si algún demócrata ni tan siquiera dudase, que acuda a las matemáticas, que como el algodón, no engañan. De doscientos años habidos desde entonces, no mas de cincuenta pueden imputarse a periodos con relativa libertad, en el resto, ciento cincuenta años, esta llamada nación ha "disfrutado" de monarcas tan ejemplares como Fernando VI "El Deseado" (¡manda narices!), de los muchos Alfonsos, todos cazadores rijosos, el desplome sin orden ni concierto de lo que fue todo un imperio, de una dictadura de opereta y otra de paredón surgida de una guerra civil en la que de nuevo el absolutismo enterró la libertad por cuarenta años, y durante todos los doscientos, de apabullante propina, hemos gozado de una iglesia católica para la que aun no siendo su reino de este mundo, si que debe serlo esta gran finca. En resumen, miseria, hambre, muerte, represión e injusticia es lo que aportó el patriotismo de opereta a los españoles de estos doscientos años.

Pues ¿saben que les digo a todos los que hoy festejan esto?........ malgré tout, ¡VIVE LA FRANCE!