Parece que la "solidez" del Psoe, al menos en Madrid, deja mucho que desear, ya que para algunos, la pluralidad solo ha de aplicarse a los intereses económicos que defienden.
En las proximidades del congreso regional, previo al federal, se están aplicando en formas y cuantías desconocidas vetos personales y colectivos a quienes los apesebrados suponen desafectos a la causa tomasera-zapateril. Así, en la casi totalidad de las agrupaciones en las que se vienen desarrollando las asambleas para "elegir" a los delegados a ese "congresillo", se están dando casos, mas o menos encubiertos, de presiones, descalificaciones y eliminaciones por las cuales el bloque de delegados que acudirá a ese congreso, con las escasas excepciones que confirmarán la regla, tendrá un único perfil, el mas acrítico, seguidista, descerebrado y pacentero, (no placentero, no, de pacer), que jamas en esa federación se haya dado.
Y todo, solo para adverar, manipulando y mintiendo, una ponencia marco que como en ella se dice, ya sin disimulo alguno, los limites de la transversalidad del Psoe alcanzarán espacios propios de la derecha, el liberalismo económico, y en el otro extremo, el limite al que como mucho se podrá aspirar desde la izquierda será eso que llaman progresismo, término que retrata a aquellos que se averguenzan de estar bajo unas siglas que hablan de socialismo, de obrerismo y de una concepción a la que han renunciado, la de ser el partido que vertebre en la igualdad a esto que debe seguir siendo España.
Unos tienen al PPJ. Ramirez y al Jimenez Losantos, otros al don Pepiño y su cohorte de orondos "torquemadas", y para mal de todos, ni unos ni otros tienen el mas mínimo respeto a aquellos a los que dicen representar.
Basura, con apariencia de democracia en la que hay quienes están confortablemente instalados, sea en Moncloa, en Ferraz, en Genova o en los cientos de pesebres que este sistema facilita a tantísimas acémilas.
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