martes, 30 de junio de 2009

DESFACHATEZ FACHA

Dice el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española que desfachatez es sinónimo de descaro y desvergüenza. Dice también ese mismo diccionario que el término “facha” es un adjetivo despectivo y coloquial derivado el italiano fascista que se aplica a quien es de ideología política reaccionaria.
Si sumamos ambos términos y a alguien le adjudicamos el proceder con desfachatez facha, habremos perfilado a muchos de los que hoy día con descaro y desvergüenza arriman el ascua a su sardina política reaccionaria.
Cuando en la actual crisis ladrillero-financiera las entidades de crédito más afectadas por la codicia de la rápida e interesada ganancia han sido las Cajas regidas por los amigos de los políticos, cuando esas han sido las entidades que más dinero público están absorbiendo para disimular y paliar su desastre gestor, dinero público que es el que está generando el déficit publico que cínicamente condenan al tiempo que lo toman, cuando tal sucede, en el colmo de la desfachatez, de la desvergüenza, del cinismo mas impresentable se atreven a recetar a la economía española supuestos lenitivos que únicamente a ellos, culpables de sus apuros, beneficiarían.
La semana pasada fue el “portacoz” de la CECA un tal Quintás quien osó retomar el ataque al menguante estado de bienestar reclamando que el gasto público en prestaciones sociales ha de disminuir, que el coste del despido ha de bajar, que la rigidez del mercado laboral, -esa que les ha permitido despedir “solo” a 3500 trabajadores al día de media-, ha de flexibilizarse aun más y que se han de bajar las cotizaciones sociales que pagan los empresarios. Con dos “narices”.
Ayer, 29 de junio de 2009, la FUNCAS, una cosa que se dice fundación de las cajas de ahorros, vuelve a las andadas y por si a sus chicos del ministerio de economía no les quedó claro lo de Quintas, les vocean que hay que aumentar la edad de jubilación a los setenta años, que hay que poner una pensión pública de jubilación máxima, -que realmente fuese mínima-, que se complemente con otra privada incentivada fiscalmente, que el cálculo de esa pensión publica máxima se ha de hacer teniendo en cuenta las cotizaciones habidas en 25 años, no en 15 como ahora, que el déficit público, -el que ellos están generando-, se ha de reducir con aumentos en el IVA, y que las cuotas patronales han de bajar nada menos que cinco puntos, del 24 % actual al 19 %.
Tras esto, lo malo no es que el Sr. Quintás y el “portacoz” de FUNCAS se hayan quedado tan tranquilos, lo malo es que nadie del gobierno de los progresistas les haya mandado a la policia por hacer apología del terrorismo social que estos señores pretenden.
Ni el más extremo fascismo de cualquier tiempo pasado osó proponer la desaparición total y absoluta de la función protectora de sus estados corporativistas. Hoy con la dejación y cobardía de la inexistente izquierda española se atreven a eso y a mucho más que, me temo, vendrá a continuación.
Y ya, hoy mismo, se está preparando otra “medida” zapateriana para ayudar a que reverdezcan los brotes de los que menos tienen. El llamado Fondo para la Reestructuración Ordenada Bancaria les habilitará a los famélicos banqueros españoles otros noventa mil millones de euros de los que no generan déficit público, -ya que van a sus bolsillos-, con la condición oficial de que se dé comienzo a fusiones entre Cajas de Ahorro con problemas y que a la vez procedan al cierre de miles de sucursales. En otras palabras que sean buenos chicos y no se peleen entre ellos, -adiós competencia-, y que despidan al personal, que los costes laborales hay que bajarlos ya, que, para asombro suyo, los Audi A-8 W12 blindados y con tres cositas extras de nada no bajan de los 180.000 euros. ¿Verdad Sr. Blesa?
Y es que la socialdemocracia bien entendida comienza en el bolsillo de cada uno. Yo esto se lo he oído a alguien, creo. Si no fue Miguel Sebastián debió ser Confucio. O Napoleón. No, debió ser Taguas, o Pedro Perez. Bueno, a lo peor es cosa mía. No sé.

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