jueves, 4 de junio de 2009

NI UN BROTE ROJO

Recuerdo cuando en el bachiller elemental nos decían que existían dos tipos de algas, las clorofíceas y las rodofíceas, las primeras ejercen la función clorofílica y eran verdes, y las segundas, efectuando también la función clorofílica, están dotadas de un pigmento que les da una coloración rojiza.
Supongo que los más perspicaces, habrán pillado ya por donde van los tiros. En efecto, por lo de los brotes verdes asociados a la disminución del paro en mayo.
Empezaré diciendo que me alegro tanto por los que han encontrado empleo en este mes, cuanto me indigno por todos los que lo perdieron antes y los que también en este mes lo han perdido, para a continuación decir que si los brotes verdes de la Salgado eran, son, los 24.741 trabajadores más que han encontrado trabajo que la totalidad de los trabajadores que en mayo lo han perdido, para mi, por la simple cuestión de respetar a los que han encontrado trabajo, como sobre todo a aquellos que no lo han hecho, 3.620.139, tan botánica descripción la reservaría a todos aquellos paga-cuotas o cobra-pesebres que, tan ocultos como silentes en los últimos quince meses de brutal destrucción de empleo, han retoñado y aflorado con las lluvias de abril y el sol de mayo, como Machado relató que le sucedió al olmo soriano.
La cuestión es si estos alborotados retoños zapateristas, que de repente creen haber encontrado la solución a sus males, -que no a los de los demás-, volverán a marchitarse e invernar en pleno verano o por el contrario echaran raíces y crecerán tanto cuanto lo haga la creación de puestos de trabajo.
No estaría de más que los que ahora alborozadamente muestran su verdor zapateriano, mostrasen con igual ímpetu su mas rodofícea cara cuando las políticas económicas liberales del gobierno, ayudando a la destrucción de empleo como han ayudado hasta el momento, vuelvan a generar paro.
Tampoco sobraría que los acontecimientos históricos que nos augura Fiona Srek, actual secretaria de organización, estuviesen dirigidos a celebrar el cumplimiento de las promesas electorales que respecto a empleo se hicieron hace solamente un año.
Volviendo al principio, y a cuento de lo tratado, conviene recordar que la utilización mas importante de unas gigantescas algas rodofíceas genéricamente llamadas kelps, es la que la industria química les da como componente básico de los tratamientos de cosmética. Pues eso, que si por aquí, léase Ferraz o Moncloa, hubiese algún atisbo de brote rodoficeo, sépase que su destino será exclusivamente cosmético.

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