No creo que nadie se sorprenda y menos se ofenda, -bueno, los “intermoneytarios”, sí-, si afirmo que uno de los datos que ejerce de prueba del algodón sobre la identidad política de los gobiernos, es la tendencia y la cuantía que la participación de los salarios tienen en el reparto de la riqueza nacional, y que salvo excepciones muy concretas, los gobiernos de izquierdas favorecen su crecimiento, mientras que los de derechas favorecen el incremento de la participación de las rentas del capital en esa tarta que es el PIB.
Sabido es que hoy el PIB es el valor monetario de los bienes y servicios finales producidos por una economía en un período determinado y que calculado por el método del ingreso es la suma de los ingresos de los asalariados, las ganancias de las empresas y los impuestos menos las subvenciones. Pero no hay que olvidar que hasta hace poco el PIB se desglosaba en solo dos factores, lo que en Contabilidad Nacional se llama Retribución de los Asalariados, todos, desde los parados con prestaciones o subsidios, hasta los pensionistas, pasando por los trabajadores más o menos temporales, o más o menos fijos, hasta los muy bonificados, apalancados y blindados dirigentes de las mas grandes empresas y bancos españoles o extranjeros con actividad en el territorio nacional (con perdón), y por otro lado lo que se denomina excedentes de explotación, eufemismo que trata de ocultar lo que en terminología clásica, (antediluviana que dirían los progresistas) llamábamos beneficios del capital.
Decía antes que eran hasta hace poco solo esos dos los factores que componían el PIB, y así era, ya que hasta no hace tanto la participación de la remuneración de los asalariados en el PIB a precios de mercado era mayoritaria, es decir superaba por si sola el 50 % del mismo, pero sucedió que, en coincidencia con la dejación de identidad de la socialdemocracia europea, -el empuje neo-con y el nacimiento de las terceras vías-, la parte del PIB destinada a retribuir a los asalariados disminuyó tanto cuanto aumentaba la parte de los beneficios del capital, hasta el punto que para maquillar este dato que evidenciaba el expolio que a los trabajadores aplicaban, acordaron, los magos del dinero, de la contabilidad y de las estadísticas, subdividir esos ascendentes rendimientos del capital, desgajando de ellos la parte de impuestos que sobre sus productos y beneficios pagaban, como si las retribuciones de los asalariados no estuviesen sometidas a fiscalidad alguna.
Sabida y conocida esta trampa, ya estamos en disposición de analizar, a la vista del grafico adjunto, como ha evolucionado la participación salarial de los trabajadores en la creación de riqueza en España. Así, podemos comprobar que a partir del año 2000, inicio de la segunda legislatura del Aznar, el desplome de la participación de los salarios en el PIB es intensa. Del mismo modo se puede comprobar que la llegada de Zp al poder en 2004 no supone ninguna inflexión en la tendencia aznarista sino todo lo contrario, se reafirma esa tendencia y la masa salarial total sigue perdiendo cuota de participación en un PIB altamente creciente, ya que este pasa de 783.000 millones de euros en 2003, a 1.050.595 millones de euros en 2007, un crecimiento del 34,17 %, mientras que las retribuciones de los asalariados bajan en ese periodo 1,06 puntos porcentuales.
Con tales resultados se puede afirmar que la acción política, económica y laboral de los sucesivos gobiernos de ZP, ha producido una perdida acumulada de los salarios de los trabajadores en los años 2004 a 2007, ambos incluidos, de 36.354,57 millones de euros, millones que son los que de forma añadida a sus salarios podrían haber dispuesto los trabajadores si el actual presidente del gobierno solo hubiese mantenido, no ya incrementado, solo mantenido, la ratio de participación en el PIB que Aznar le dejo en herencia cuando Zp tomo posesión como presidente del gobierno.
Lo cual, en circunstancias económicas de fuerte aumento del PIB y del empleo en ese periodo, 2004-2007, solo puede traducirse por una decidida acción zapateriana tan contraria a los intereses de los trabajadores como complaciente e interesada con los intereses del capital.
Fuente: INE y elaboración propia. http://www.ine.es/daco/daco42/cne00/pib9507.xls
Sabido es que hoy el PIB es el valor monetario de los bienes y servicios finales producidos por una economía en un período determinado y que calculado por el método del ingreso es la suma de los ingresos de los asalariados, las ganancias de las empresas y los impuestos menos las subvenciones. Pero no hay que olvidar que hasta hace poco el PIB se desglosaba en solo dos factores, lo que en Contabilidad Nacional se llama Retribución de los Asalariados, todos, desde los parados con prestaciones o subsidios, hasta los pensionistas, pasando por los trabajadores más o menos temporales, o más o menos fijos, hasta los muy bonificados, apalancados y blindados dirigentes de las mas grandes empresas y bancos españoles o extranjeros con actividad en el territorio nacional (con perdón), y por otro lado lo que se denomina excedentes de explotación, eufemismo que trata de ocultar lo que en terminología clásica, (antediluviana que dirían los progresistas) llamábamos beneficios del capital.
Decía antes que eran hasta hace poco solo esos dos los factores que componían el PIB, y así era, ya que hasta no hace tanto la participación de la remuneración de los asalariados en el PIB a precios de mercado era mayoritaria, es decir superaba por si sola el 50 % del mismo, pero sucedió que, en coincidencia con la dejación de identidad de la socialdemocracia europea, -el empuje neo-con y el nacimiento de las terceras vías-, la parte del PIB destinada a retribuir a los asalariados disminuyó tanto cuanto aumentaba la parte de los beneficios del capital, hasta el punto que para maquillar este dato que evidenciaba el expolio que a los trabajadores aplicaban, acordaron, los magos del dinero, de la contabilidad y de las estadísticas, subdividir esos ascendentes rendimientos del capital, desgajando de ellos la parte de impuestos que sobre sus productos y beneficios pagaban, como si las retribuciones de los asalariados no estuviesen sometidas a fiscalidad alguna.
Sabida y conocida esta trampa, ya estamos en disposición de analizar, a la vista del grafico adjunto, como ha evolucionado la participación salarial de los trabajadores en la creación de riqueza en España. Así, podemos comprobar que a partir del año 2000, inicio de la segunda legislatura del Aznar, el desplome de la participación de los salarios en el PIB es intensa. Del mismo modo se puede comprobar que la llegada de Zp al poder en 2004 no supone ninguna inflexión en la tendencia aznarista sino todo lo contrario, se reafirma esa tendencia y la masa salarial total sigue perdiendo cuota de participación en un PIB altamente creciente, ya que este pasa de 783.000 millones de euros en 2003, a 1.050.595 millones de euros en 2007, un crecimiento del 34,17 %, mientras que las retribuciones de los asalariados bajan en ese periodo 1,06 puntos porcentuales.
Con tales resultados se puede afirmar que la acción política, económica y laboral de los sucesivos gobiernos de ZP, ha producido una perdida acumulada de los salarios de los trabajadores en los años 2004 a 2007, ambos incluidos, de 36.354,57 millones de euros, millones que son los que de forma añadida a sus salarios podrían haber dispuesto los trabajadores si el actual presidente del gobierno solo hubiese mantenido, no ya incrementado, solo mantenido, la ratio de participación en el PIB que Aznar le dejo en herencia cuando Zp tomo posesión como presidente del gobierno.
Lo cual, en circunstancias económicas de fuerte aumento del PIB y del empleo en ese periodo, 2004-2007, solo puede traducirse por una decidida acción zapateriana tan contraria a los intereses de los trabajadores como complaciente e interesada con los intereses del capital.
Fuente: INE y elaboración propia. http://www.ine.es/daco/daco42/cne00/pib9507.xls
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