Así decía una melosa canción de Marie Laforêt, allá por los sesenta, pero pareciera que algunos de por aquí, Genova y Ferraz, la tuvieran pero que muy presente una vez acabada la representación electoral.
Hace solo unos días expuse aquí el alto grado de coincidencia política entre el PP y el PSOE en las votaciones habidas en el parlamento europeo. Hoy, dos días después de las elecciones se visualiza de nuevo la alta coincidencia entre las dos derechas españolas, la de Rajoy y la de Zp.
Nadie debe a estas alturas sorprenderse por la coincidencia ideológica y de procedimientos entre los más altos representantes de la economía de los dos partidos mayoritarios. Cristóbal Montoso y Octavio Granados secretarios de Economía de las direcciones nacionales del PP y PSOE, han acordado cómo y por cuanto seguir ayudando a la banca española, y han convenido el disponer otros 70.000, hay quien habla de 90.000, millones de euros en forma de avales públicos a emisiones de bonos de esas “maltrechas” entidades.
Hoy ya no importa destacar esta coincidencia, ahora lo importante es destacar que de esa coincidencia se derivan actuaciones económicas que suponen una cascada de efectos todos ellos lesivos de los intereses de todos, si, todos los ciudadanos españoles.
En primer lugar la obviedad de que el dinero que se destine a ayudar a los bancos y cajas no será destinado a incrementar los servicios públicos y las prestaciones sociales, en segundo lugar, y aunque nadie lo remarque, estas ayudas, como las anteriores, también producen deuda publica que todos habremos de pagar de forma desigual ya que desigual es el sistema fiscal español, y finalmente, estas actuaciones producen algo que es el colmo de la incoherencia política, económica y social de una sociedad, de todos y cada uno de sus miembros, la aceptación silente de los déficits públicos generados por tales regalos a los banqueros mientras que se denuncian de forma estentórea como inadmisibles los escasos gastos sociales que este gobierno va reduciendo y que además de no producir deuda publica, están financiados por cuotas que salen del bolsillo de los trabajadores.
Hoy, dice un agudo periodista, cuyo nombre no citaré a fin de no perjudicarle, que Zp se encontró la locomotora económica en marcha y como no tenia proyecto alguno, se subió a ella, mantuvo los regalos a constructores y banqueros, y se limitó a poner como zanahoria en el palo que a los suyos mostraba una serie de mal llamados derechos sociales que como el aborto, la mal llamada igualdad de genero, una falsa laicidad que cada año mas dinero les aporta a los de las sotanas, y un, también mal llamado cuarto pilar del estado del bienestar, la ley de dependencia, a la que, si hacemos caso a la dotación presupuestaria con que la dotan, más que pilar sustentador habríamos de llamarle bastón chaplinesco, de lo escuálida que es.
Y es que sabiéndose lejanos a cualquier identidad socialdemócrata clásica, -aquella que condicionaba la acción del capital y le implicaba en la construcción del estado de bienestar-, y mucho mas proclives a la cultura del pelotazo, -remenber Balbas- crearon toda esta nube de “derechos” que ocultase a los ojos de los que internamente podrían cuestionarlos, su autentica genética de negociantes de la política.
Hoy, tras los resultados electorales europeos, pocas dudas deberían tener aquellos que se están preguntando que le ha pasado a la izquierda europea para disfrutar de esta debacle, ya que la respuesta la tienen ante sus ojos con solo mirar el mapa de la U.E.
Con solo observar que la victoria electoral de opciones socialdemócratas, no solo, pero si principalmente, se ha producido en Suecia y Dinamarca, ya se está en condiciones de afirmar que allá donde los partidos socialdemócratas han mantenido inalterada su identidad igualitaria, transformadora de la realidad, donde los sistemas de protección social son fuertes y los sistemas fiscales equilibrados, allí, los defensores de tales métodos y tales principios siguen triunfando a pesar de las crisis y a pesar de los liberales.
Por el contrario allá donde los supuestos socialdemócratas se emponzoñaron primero del liberalismo reaganiano, donde mas tarde se alimentaron de la desregulación económica mundial provocada por los ideólogos de la reserva federal de Bush, y finalmente se auto justificaron acogiéndose a las faldas políticas de Guiddens, esos, los Brown, Segolenes, Zapateros, Sócrates y Prodis, han provocado, con tal degeneración, que los ciudadanos prefieran antes a las derechas originales que a estas malas copias “progresistas” de los Berlusconis, Sarkocys, Merkels.
Y como estos supuestos progresistas consideran que la gente de estas cosas no se entera, dado el nivel de control de sus medios de comunicación, es por lo que entienden como lógico que sus amos, los que despotrican contra el estado promotor, interventor, regulador y protector, sean los mismos que presionan para que el estado y, sobre todo, los dineros del estado, les promuevan su enriquecimiento, intervenga en su favor, regule las actuaciones que pudieran serles lesivas, y les proteja los mercados interiores que de forma oligopolista detentan.
Y es de este proceder, de ese asentir del que se deriva su mayor error, el considerar que la gente no aprecia incluso lo que tratan de ocultar, y que así, apreciando y valorando estas interesadas contradicciones del capital, las mismas que son insistentemente avaladas por los actuales progresistas, es por lo que los ciudadanos de izquierda han decidido quedarse en casa en toda Europa.
El siguiente error que cometerán será estimar que todo se pasa, y que como decía el impresentable de Cela, el que resiste, gana, y no, en este, como en otros muchos casos, esto no se quedará así, esto, seguro que se hincha y acaba explotando. Al tiempo.
Hace solo unos días expuse aquí el alto grado de coincidencia política entre el PP y el PSOE en las votaciones habidas en el parlamento europeo. Hoy, dos días después de las elecciones se visualiza de nuevo la alta coincidencia entre las dos derechas españolas, la de Rajoy y la de Zp.
Nadie debe a estas alturas sorprenderse por la coincidencia ideológica y de procedimientos entre los más altos representantes de la economía de los dos partidos mayoritarios. Cristóbal Montoso y Octavio Granados secretarios de Economía de las direcciones nacionales del PP y PSOE, han acordado cómo y por cuanto seguir ayudando a la banca española, y han convenido el disponer otros 70.000, hay quien habla de 90.000, millones de euros en forma de avales públicos a emisiones de bonos de esas “maltrechas” entidades.
Hoy ya no importa destacar esta coincidencia, ahora lo importante es destacar que de esa coincidencia se derivan actuaciones económicas que suponen una cascada de efectos todos ellos lesivos de los intereses de todos, si, todos los ciudadanos españoles.
En primer lugar la obviedad de que el dinero que se destine a ayudar a los bancos y cajas no será destinado a incrementar los servicios públicos y las prestaciones sociales, en segundo lugar, y aunque nadie lo remarque, estas ayudas, como las anteriores, también producen deuda publica que todos habremos de pagar de forma desigual ya que desigual es el sistema fiscal español, y finalmente, estas actuaciones producen algo que es el colmo de la incoherencia política, económica y social de una sociedad, de todos y cada uno de sus miembros, la aceptación silente de los déficits públicos generados por tales regalos a los banqueros mientras que se denuncian de forma estentórea como inadmisibles los escasos gastos sociales que este gobierno va reduciendo y que además de no producir deuda publica, están financiados por cuotas que salen del bolsillo de los trabajadores.
Hoy, dice un agudo periodista, cuyo nombre no citaré a fin de no perjudicarle, que Zp se encontró la locomotora económica en marcha y como no tenia proyecto alguno, se subió a ella, mantuvo los regalos a constructores y banqueros, y se limitó a poner como zanahoria en el palo que a los suyos mostraba una serie de mal llamados derechos sociales que como el aborto, la mal llamada igualdad de genero, una falsa laicidad que cada año mas dinero les aporta a los de las sotanas, y un, también mal llamado cuarto pilar del estado del bienestar, la ley de dependencia, a la que, si hacemos caso a la dotación presupuestaria con que la dotan, más que pilar sustentador habríamos de llamarle bastón chaplinesco, de lo escuálida que es.
Y es que sabiéndose lejanos a cualquier identidad socialdemócrata clásica, -aquella que condicionaba la acción del capital y le implicaba en la construcción del estado de bienestar-, y mucho mas proclives a la cultura del pelotazo, -remenber Balbas- crearon toda esta nube de “derechos” que ocultase a los ojos de los que internamente podrían cuestionarlos, su autentica genética de negociantes de la política.
Hoy, tras los resultados electorales europeos, pocas dudas deberían tener aquellos que se están preguntando que le ha pasado a la izquierda europea para disfrutar de esta debacle, ya que la respuesta la tienen ante sus ojos con solo mirar el mapa de la U.E.
Con solo observar que la victoria electoral de opciones socialdemócratas, no solo, pero si principalmente, se ha producido en Suecia y Dinamarca, ya se está en condiciones de afirmar que allá donde los partidos socialdemócratas han mantenido inalterada su identidad igualitaria, transformadora de la realidad, donde los sistemas de protección social son fuertes y los sistemas fiscales equilibrados, allí, los defensores de tales métodos y tales principios siguen triunfando a pesar de las crisis y a pesar de los liberales.
Por el contrario allá donde los supuestos socialdemócratas se emponzoñaron primero del liberalismo reaganiano, donde mas tarde se alimentaron de la desregulación económica mundial provocada por los ideólogos de la reserva federal de Bush, y finalmente se auto justificaron acogiéndose a las faldas políticas de Guiddens, esos, los Brown, Segolenes, Zapateros, Sócrates y Prodis, han provocado, con tal degeneración, que los ciudadanos prefieran antes a las derechas originales que a estas malas copias “progresistas” de los Berlusconis, Sarkocys, Merkels.
Y como estos supuestos progresistas consideran que la gente de estas cosas no se entera, dado el nivel de control de sus medios de comunicación, es por lo que entienden como lógico que sus amos, los que despotrican contra el estado promotor, interventor, regulador y protector, sean los mismos que presionan para que el estado y, sobre todo, los dineros del estado, les promuevan su enriquecimiento, intervenga en su favor, regule las actuaciones que pudieran serles lesivas, y les proteja los mercados interiores que de forma oligopolista detentan.
Y es de este proceder, de ese asentir del que se deriva su mayor error, el considerar que la gente no aprecia incluso lo que tratan de ocultar, y que así, apreciando y valorando estas interesadas contradicciones del capital, las mismas que son insistentemente avaladas por los actuales progresistas, es por lo que los ciudadanos de izquierda han decidido quedarse en casa en toda Europa.
El siguiente error que cometerán será estimar que todo se pasa, y que como decía el impresentable de Cela, el que resiste, gana, y no, en este, como en otros muchos casos, esto no se quedará así, esto, seguro que se hincha y acaba explotando. Al tiempo.
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