lunes, 8 de junio de 2009

¿OTRA DULCE DERROTA?

Hace años dijo don Alfonso Guerra que lo del 96 había sido una dulce derrota. El tiempo demostró que no hay tal, que las derrotas solo son eso derrotas y que los calificativos que las acompañen solo son disfraces que al poco el tiempo disuelve y las dejan desnudas.
Por eso aunque hoy la derrota de Zp esté disfrazada por los calificativos de dulce, limitada, contenida, menor de lo esperado y los etcéteras que los escribanos del poder zapaterista quieran adosarle, lo cierto, verdad y duradero es que Zp ha perdido otra elección mas.
Nunca me ha interesado el análisis numérico y territorial de los votos, esta vez tampoco, por el contrario siempre me ha interesado el análisis político global, y de este se desprende algo evidente, los ciudadanos españoles, de forma clara, junto a los europeos, estos de forma contundente, han repudiado electoralmente a los que dicen ser socialistas siendo únicamente la otra derecha europea.
Este es para mí el rasgo más nítido de la lectura política de la voluntad electoral de los ciudadanos europeos que fueron a votar.
En Gran Bretaña, el llamado laborismo de tercera vía, tras denodados esfuerzos ha conseguido alcanzar los estertores que preceden a su la muerte política; en Francia la lucha intestina de la derecha liberal que infectó al PSF, doña Segolene, sigue sin rubor alguno gangrenando a un partido que podría haber empezado a reconstruir su identidad socialdemócrata si los infiltrados del capital no tuviesen como único y mayor objetivo el impedir tal regeneración.
Poco o nada se puede decir sobre el SPD cuando este prefirió un matrimonio contra natura con la derecha oficial alemana antes que reconstituirse con los que prácticamente fueron defenestrados por su izquierda, Oscar Lafontaine y su Die Linke. Nada que decir de Italia donde ni existe algo que pueda llamarse socialdemócrata, y aunque mucho habría que decir de lo sucedido en los países del este, nada diré a este respecto, ya que los que forzaron las ampliaciones de la U.E. a esos países lo que buscaban era precisamente el reforzamiento de las opciones electorales de la derecha europea, como así ha sucedido, y que combinado ese hecho a la ya alcanzada la apertura de sus mercados, especialmente el de trabajo, ambas complementarias pretensiones consolidan, me temo que por mucho tiempo, una tendencia política europea que más de un disgusto va a dar al mundo.
No atisbo como razonable y coherente con la forma de proceder que hasta el momento han venido teniendo los usurpadores de la izquierda europea que, ante la situación política europea y nacional, ante el claro contenido de desafección y denuncia de estas elecciones, procedan a rectificar su rumbo y derivar a babor. Bien al contrario me temo que sabiéndose expertos en camuflaje izquierdista se doten con dos huevos duros más de demagogia izquierdosa para que su práctica diaria sea más receptiva a los aires derechistas que por todos lados soplan. La consabida táctica de cacarear en un sitio y poner el huevo en otro.
No tengo la más mínima duda acerca de que en Europa, en los ámbitos de decisión europeos, se procederá con rapidez a poner en pie nuevos impulsos, xenófobos y filo fascistas, y de nuevo aduciendo necesidades impuestas por la situación económica, la por ellos generada, se limitaran aun mas tanto los derechos de los trabajadores como del conjunto de libertades individuales y colectivas, y como es cierto que todo lo que en Europa se determina acaba afectando a cada uno de sus países miembros, en España ,como siempre, los usurpadores de la izquierda socialdemócrata, los zapateristas, encontrarán soporte argumental a las nuevas vueltas de tuerca que a los derechos económicos y sociales de los ciudadanos se aprestan a aplicar.
Malos tiempos para las libertades, para los derechos ciudadanos, para la igualdad y para la justicia, pero sobre todo me temo que sean malos tiempos para la verdad, como viene sucediendo desde que al pan de la socialdemocracia se le llama zapaterismo y al vino de los derechos ciudadanos se les llama mercado internacional.

No hay comentarios: