viernes, 28 de septiembre de 2007

LA PRUEBA DEL ALGODON

Fue el día 4 de septiembre, en la segunda parte de mi recopilación de hechos que denominé “mantener el poder político”, donde expuse, y cito textualmente: Fue en ese punto, negociaciones PSC-ERC-IC, cuando se volvió a vislumbrar la sombra de la traición, ya que no creo necesario recordar las zalamerías que a Artur Mas se le dedicaron desde Madrid, a fin de impedir el tripartito y debilitar el carácter autónomo del socio catalán ya que en su debilidad necesitaría del apoyo del Psoe federal, y todo antes que consentir que se les escapase de las manos el control orgánico del PSC, cosa que creían lograda con el solo descabalgamiento de Maragall”.
Hoy el primer secretario del PSC y President de la Generalitat, José Montilla, afirma y Miquel Iceta corrobora, que si no se hubiesen opuesto a Ferraz hoy el primero no sería President.
¿Qué más se necesita para tener todos por seguro que estos contra-socialistas solo miran por su interés?
¿Qué más se necesita para ponerles en el lugar que les corresponde?
Todos sabemos que en el partido existe una comisión de garantías de los derechos de los militantes. Todos sabemos que es la antigua comisión de conflictos, lo que todos tenemos que saber desde ya hace algún tiempo es que esta comisión de garantías es la comisión de garantías de los intereses de ZP y sus chicos.
¿Cómo es posible que nadie reivindique como normal en el partido lo que es normal en la calle?
¿Por qué nadie reivindica y exige sus derechos individuales y colectivos dentro del partido, en un país en el que a la más mínima confrontación ciudadana se acude a unos costosos, tardones e ineficaces tribunales? ¿Será porque hay miedo? ¿Será que no se confía en el buen hacer de esos imparciales jueces partidistas? ¿Será porque se sabe de antemano que esa comisión de garantías está solo para aplicar disciplina a aquellos que se atreven a decir cosas más verdaderas que agradables? ¿Será porque todos saben que se llama comisión de garantías a lo que no se atrevieron a llamar santa inquisición?
Pasará el tiempo y caerán, me temo que por sus propios errores, pero más tarde o más temprano se conocerán sus desmanes, sus tropelías, sus negocietes, sus connivencias, sus abusos, y esta mancha emborronará una trayectoria impecable de un partido que no se merece que estos traidores abochornen a futuras generaciones de socialistas.
Solo me pregunto qué razones pueden tener todos aquellos socialistas íntegros que sabiendo todo esto y más, callan.

No hay comentarios: