martes, 13 de mayo de 2008

DESMONTAR EL PARTIDO (II)

A los que por Zp piensan, su dominio político les ha reafirmado en su seguridad a cerca de que el partido es una rémora que entorpece la eficacia que ellos, grandes visionarios de los problemas patrios, saben que nos han de aplicar, por lo que en primer lugar hay que controlar totalmente el partido, cosa hecha, y posteriormente las mentes, mentecatas o no, que en él pululen, para en una segunda fase proceder a la eutanasia totalmente activa que les conducirá al modelo yankee del partido demócrata.
Hoy tienen prácticamente convencidos a todos los que en el partido pintan algo y a los de sus combatientes medios de comunicación, de que la modernidad es un imprescindible peaje que facilita alcanzar el poder, y por ello, a tal “aggiornamiento” ha de supeditarse todo, por más que en el camino se queden cosas tan anticuadas como la solidaridad, la igualdad, la justicia y hasta la democracia.
Teniendo, por lo anterior, despejado el camino orgánico y el que servirá de base al conceptual, hay que aplicarse en observar los movimientos tácticos, aparentemente menores, pero que pueden ocultar movimientos de mucho más calado.
Tengo para mí que las razones por las que Zp ha sacrificado a uno de sus más tempranos sostenedores, Caldera, no son tan superficiales como nos han hecho creer. ZP le ha sacado del gobierno y le ha puesto al frente del conjunto de fundaciones del PSOE, no tanto para elaborar doctrina, que si lo hiciese el personal podría o no estar de acuerdo con ella, sino para establecer un diseño diferente, radicalmente diferente, de la estructura y del funcionamiento del partido, que el secretario de organización actual está incapacitado por su propia naturaleza para concebir y aplicar, sin que asumir tal cometido suponga para Caldera el fin de su recorrido político, ya que tal titularidad, pudiera permitirle en un futuro más o menos próximo, “Aznar´s way”, ser el llamado a heredar.
Por lo pronto aquel diseño, el de un partido postmoderno, ya ha transcendido. No ha sido un conjunto de ideas fuerza que pudieran soportar otro matojo ideológico neo socialista, no, lo primero que nos han filtrado es que la estructura del Psoe cambiará y de la democracia directa y participativa se pasará a la democracia cibernética, cuyo control único y total será dominio exclusivo del “consejo de administración” zapateril. Ya no vale aquello de reunirse, debatir, votar y aplicar lo que la mayoría, participando directa y personalmente, determine. A partir de julio, Ferraz dirá en qué sentido han votado los ¿militantes?, cuyos códigos de acceso y votación facilitará y controlará el “consejero delegado”.
Que se vayan olvidando militantes y hasta los simpatizantes, -aberración donde las haya, el ser simpatizante de un partido político a decir de Leguina, pudiéndolo ser de Michelle Pfeiffer-, de votar y que su voto sea libre, directo y secreto. En el mejor de los casos será inducido, cibernético y vigilado, ya que los que tengan acceso a internet en casa, quizás se libren de la custodia del zetaperista de turno, pero todos aquellos otros que no tengan acceso personal a la red, habrán de votar en su respectiva agrupación, o ya para entonces, casino zetaperista, y esos no se libran de la sombra de los agentes comerciales ferracianos por mucho que fumiguen contra las plagas de tales moscones.
No se puede olvidar a los innumerables casos de militantes de avanzada edad, no todos, a los que esto del voto cibernético “patrióticamente orientado” sencillamente les supera. Estos muchos militantes se habían acostumbrado a que a la hora de votar en sus respectivas casas del pueblo, devenidas en “ciberzp”, los acosasen de forma tan tranquila como densa, aquellos apesebrados que captaban votos para sus amos, pero llegar a esto de tener que aprenderse un código de acceso a la red zetaperista y votar en presencia de los accionistas,- los que accionan el sistema-, pues que no deben verse muy sueltos en tal berenjenal, lo cual les viene de perlas a los modernos, ya que estos militantes de muchos trienios, a juicio de aquellos, deben ser gente irrecuperable, infectada por el trasnochado virus del socialismo del siglo XX.
¡Qué pena que Ray Bradbury les haya destapado su ideal en Farenheit 458!, ya que ese es su modelo partidario.
Finalizará mañana

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Joder! Lo cuentas de una manera que da miedo. Esto más que un partido parece "La cosa nostra". Me has acojonado por lo menos hasta el mes de julio. Pero...¿En que manos estamos?