miércoles, 7 de mayo de 2008

PATRIOTISMO A LA CARTA

En estos días en los que el patrioterismo, que no patriotismo, parece ser manta que todo cubre, a unos sus luchas internas y a otros sus corrupciones externas, me atrevo a hacer un repaso de los patrioterismos que he conocido en mi tiempo pasado en la política.
En primer lugar, a fin de separarlo del resto, el "patriotismo de las ideas" o de una concepción social determinada y atendiendo a esta se alinean con unos u otros. Para mi el mas respetable, pero también el mas contaminable ya que defender esa idea, esa concepción, puede dar lugar a encastillamientos que impidan ver lo que de bueno pueda haber en otras posiciones. A pesar de lo anterior es en gran numero el mas frecuente dentro de los partidos políticos, ya que la mayoría de los militantes, mayoría que con el tiempo va disminuyendo, no albergan mas ambición que alcanzar un punto por el cual sus ideas se concreten en la practica. Son, desgraciadamente, los tontos útiles.
El "patriotismo de secta", es en política, el derivado de haber escogido opción que haya de posibilidades de alcanzar el poder, y ya dentro de ella decantarse por aquella corriente, generalmente personalista, que a los ojos del patriota pueda contar con visos de ser quienes partan el bacalao en un futuro próximo. Ni que decir tiene que la única ambición del patriota de secta es la escalada personal que en el ámbito profesional le estaría vedada.
El "patriotismo de aparato" es en los partidos políticos aquel que escudado en los intríngulis del poder de ese partido en concreto utiliza ese conocimiento en beneficio propio y en tiempos de incertidumbres prepara si no condiciona cambios siempre a su favor. Es el equivalente a los mas profesionales funcionarios que en el conocimiento profundo de las normas de la administración las utilizan en su favor torpedeando, bajo el disfraz de la sensatez y de la necesidad, todas las iniciativas que los políticos bisoños, pero cobardes en la toma de decisiones, puedan en los primeros tiempos plantear.
El "patriotismo de partido" propiamente dicho es aquel que fundamentado en el desconocimiento, en la alineación descerebrada, en el odio al diferente y al de enfrente y alimentado por los que detentan el poder hacen que sus practicantes traguen sin dificultad aquello de... "fuera de este convento no hay rastro de bien alguno". Es generalmente el mas obtuso e irracional ya que son a los menos formados política e intelectualmente a los que el aparato de los partidos sustenta con mítines y soflamas. Son enemigos acérrimos de la critica interna y del debate de alternativas, al igual que son fanáticos seguidores de cualquiera que en cualquier momento dirija su partido a quienes obsequian con besos, ellas, y abrazos y "siseñores", ellos.
El "patriotismo alpino" es el practicado por aquellos que consciente o inconscientemente se ven destinados por su gran valía personal o profesional, nunca demostrada, a alcanzar las mas altas cotas de poder y de responsabilidad, y por lo tanto de retribuciones. Para ello no dudan, utilizando su olfato, en ponerse al servicio de quienes estimen que cuentan con mas posibilidades de ser quienes mas, mejor y mas pronto les retribuyan. Estos son los que mayoritariamente configuran los núcleos de asesinos políticos de los partidos. Son los que mantienen la industria navajera de Albacete, y los acérrimos enemigos de las editoriales.
El "patriotismo contable" es una antigua estirpe de militantes de partidos políticos y allegados que también convencidos de su gran valía personal, política y profesional, venden su alma al diablo que mas ceros a la derecha ponga en su particular cuenta, ofertando a la vez su disposición al sacrificio por las ideas en las que dice creer y por el pope al que dice defender. Claro que en caso de fracaso de su pope ejercerá rauda transformación y caerá en cuestión de nanosegundos en los brazos de los que hasta el instante anterior era su enemigo.A diferencia del patriotismo alpino no mata a los correligionarios, solo los desprecia.
El "patriotismo de si mismo" es el practicado por todo aquel que, proviniendo de cualquiera de las clasificaciones anteriores, ha conseguido llegar a donde pretendía, y sabedor instintiva o reflexivamente de su incapacidad, vuelca sus escasas neuronas en ver enemigos por todas partes, se vuelve paranoico, y todo su afán es matar por traidor a todo el que en un rasgo de servicio, desinteresado o no, se atreva a demostrar valía personal alguna. Este tipo de patriota es el mas peligroso ya que se especializa en servirse a si mismo, matar política, profesional y económicamente a los que el declare enemigos y hacer de su egolatría el único objetivo que guiará su acción política.
Acompañan a los anteriores legiones de bufones, "patriotas de lo que manden", cuya especialidad es sonreir a cualquiera que supongan con un ápice de poder superior al que a si mismo se asignan, y que sonriendo y aplaudiendo no saben qué, esperan que corra el escalafón de bobos utiles.
Ni que decir tiene que hay mas patriotismos políticos y partidarios, tantos cuantas formas de ser miserable, egoísta, desalmado o corrupto pueda en este mundo haber, pero ni pretendo ser exhaustivo ni elaborar tesis que cualquier catedrático, por el hecho de haber llegado a eso, me suspendería. Baste por tanto los aquí expuestos ya que con ellos se bastan y se sobran para haber podrido el sistema político español.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Magnifico, pero te falta el "patriotismo paleto" o "patriotismo hortera". Aun sabiendo que lo son, hacen alarde y exposición pública de ello. Son políticos venidos a más, que en su vida pensaron que estarian donde estan. Tan vulgares y con tan mal gusto que ni un ejercito de asesores podría hacer nada por ellos. Son los "nuevos ricos" de la política.

Cándido Fernández dijo...

Cierto, pero te remito al último parrafo de este post.