Allá por noviembre Tomás Gómez pretendía darle el sí quiero a la bruja Aguirre en la asamblea de Caja Madrid, y cuando estaba a punto de oficiarse esa boda política por poderes,-Tomas no es consejero-, en la tercera amonestación, cuando estaba a punto de consumarse el matrimonio, ¡zas! surgió el don Pepiño de la santa compaña ferraciana y puso el inconveniente de que no le convenía tal casamiento, que le convenía un bodorrio más discreto, y que si el chiquito de Parla quería arrejuntarse por purito interés, -no creo que fuese cuestión de hormonas-, que lo hiciese tras la nube de un no sabe/no contesta, tras una abstención cobardica.
Hoy, tras la asamblea celebrada para votar la propuesta de nuevos estatutos y nuevo reglamento electoral, resultantes de aplicar la colérica ley de Cajas de la Aguirre, he de reconocer que, aparentemente, la coherencia de los “tomaseros” con la posición en noviembre adoptada se ha ejercido. Lo que habría que preguntarse es si tal coherencia no es contumacia en el error, que manda narices que un partido político se abstenga en un intento de control filo-fascista de una Caja de Ahorros como la de Madrid, la cuarta entidad de crédito de España.
Para empezar de los setenta consejeros generales designados por el Psoe, al menos 19 o se han escaqueado o han votado en contra de las instrucciones recibidas, lo cual significa que han unido su voto a los de CCOO, a los de los representantes de los impositores y trabajadores de la Caja y a aquellos representantes del PP que pastoreados por Manolo Cobo siguen políticamente a Gallardón, ya que votos en blanco solo se han contabilizado cincuenta y uno y es de suponer que entre ellos alguno habrá de los consejeros representantes de la UGT de Peperi, pues supongo que no descubro nada si afirmo la coincidencia de intereses contantes y sonantes que la UGT-Madrid tiene en el presupuesto público de la Comunidad. O sea que es más que probable que de veinte a veintidós consejeros socialistas le hayan hecho un “corte de voto” a su chico el Tomás.
Y es que los tienen pero que muy hartos. A finales del año pasado les hicieron pasar por las horcas zapaterinas de votar a favor de un presupuesto “aguirriano” tan insolidario, tan asocial, tan escorado al espionaje y a los “eventos especiales” que tal presión colmó las tragaderas de muchos de los que en los escaños autonómicos socialistas de Vallecas se sientan.
Y ahora, de nuevo, por tercera vez en cuatro meses, los toman por tontos y en el chantaje moral de la disciplina de partido, les vuelven a pedir que voten en contra de lo que la razón, de la sensatez, del sentido de la democracia, de la necesidad política e institucional de Caja Madrid aconseja, y como alguno de los “indisciplinados” me ha comentado, les han ordenado votar en contra hasta de lo que el cuerpo le pedía a muchos de los militantes consejeros de la Caja, cooperar a darle un revolcón a la lideresa dictadora y de paso mandarle un recadito al chico que se ha creído que, con la historia que tiene detrás, el PSM, es una finca de descanso para quien en cada momento la regenta.
Tras estas situaciones hay lecturas políticas muy interesantes que en su momento habrá que hacer, (fortaleza de los gallardonianos con posible respaldo silente de Rajoy, descabalgamiento temprano de la Aguirre, sea vía judicial y/o institucional, constatación del descontrol tomasero, etc. etc.) Pero por hoy hay que limitarse a destacar que el PSM del Tgo se ha quedado de nuevo de don Tancredo en el ruedo político madrileño, que con esa actitud nadie puede soñar en que acabe haciendo faena y que por lo tanto, lo más probable es que el toro electoral, si es que llega a esa corrida, lo mande otra vez a la enfermería, si no al camposanto, que ya sabemos que Zp no hace prisioneros, sean propios o ajenos.
Claro que si se recuerdan los fracasos trinitario-sebastianeros y como los recompensó, a este le hace marajá de “Capulparla”.
Hoy, tras la asamblea celebrada para votar la propuesta de nuevos estatutos y nuevo reglamento electoral, resultantes de aplicar la colérica ley de Cajas de la Aguirre, he de reconocer que, aparentemente, la coherencia de los “tomaseros” con la posición en noviembre adoptada se ha ejercido. Lo que habría que preguntarse es si tal coherencia no es contumacia en el error, que manda narices que un partido político se abstenga en un intento de control filo-fascista de una Caja de Ahorros como la de Madrid, la cuarta entidad de crédito de España.
Para empezar de los setenta consejeros generales designados por el Psoe, al menos 19 o se han escaqueado o han votado en contra de las instrucciones recibidas, lo cual significa que han unido su voto a los de CCOO, a los de los representantes de los impositores y trabajadores de la Caja y a aquellos representantes del PP que pastoreados por Manolo Cobo siguen políticamente a Gallardón, ya que votos en blanco solo se han contabilizado cincuenta y uno y es de suponer que entre ellos alguno habrá de los consejeros representantes de la UGT de Peperi, pues supongo que no descubro nada si afirmo la coincidencia de intereses contantes y sonantes que la UGT-Madrid tiene en el presupuesto público de la Comunidad. O sea que es más que probable que de veinte a veintidós consejeros socialistas le hayan hecho un “corte de voto” a su chico el Tomás.
Y es que los tienen pero que muy hartos. A finales del año pasado les hicieron pasar por las horcas zapaterinas de votar a favor de un presupuesto “aguirriano” tan insolidario, tan asocial, tan escorado al espionaje y a los “eventos especiales” que tal presión colmó las tragaderas de muchos de los que en los escaños autonómicos socialistas de Vallecas se sientan.
Y ahora, de nuevo, por tercera vez en cuatro meses, los toman por tontos y en el chantaje moral de la disciplina de partido, les vuelven a pedir que voten en contra de lo que la razón, de la sensatez, del sentido de la democracia, de la necesidad política e institucional de Caja Madrid aconseja, y como alguno de los “indisciplinados” me ha comentado, les han ordenado votar en contra hasta de lo que el cuerpo le pedía a muchos de los militantes consejeros de la Caja, cooperar a darle un revolcón a la lideresa dictadora y de paso mandarle un recadito al chico que se ha creído que, con la historia que tiene detrás, el PSM, es una finca de descanso para quien en cada momento la regenta.
Tras estas situaciones hay lecturas políticas muy interesantes que en su momento habrá que hacer, (fortaleza de los gallardonianos con posible respaldo silente de Rajoy, descabalgamiento temprano de la Aguirre, sea vía judicial y/o institucional, constatación del descontrol tomasero, etc. etc.) Pero por hoy hay que limitarse a destacar que el PSM del Tgo se ha quedado de nuevo de don Tancredo en el ruedo político madrileño, que con esa actitud nadie puede soñar en que acabe haciendo faena y que por lo tanto, lo más probable es que el toro electoral, si es que llega a esa corrida, lo mande otra vez a la enfermería, si no al camposanto, que ya sabemos que Zp no hace prisioneros, sean propios o ajenos.
Claro que si se recuerdan los fracasos trinitario-sebastianeros y como los recompensó, a este le hace marajá de “Capulparla”.
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