lunes, 30 de marzo de 2009

LO QUE DICE OTRO MAS

Luís de Velasco. “La doble erre: ¿resistirá Rodríguez?” Estrella Digital 30-3-09

Tras los resultados electorales en Galicia y el País Vasco, el presidente del Gobierno y su apéndice parlamentario se han quedado solos y con exigua capacidad de maniobra. En los últimos días hemos asistido a lamentables espectáculos, con ese grupo buscando apoyos in extremis con quien fuera o retirando iniciativas para no perderlas. Tampoco es nuevo, es la continuación de una tendencia a pactar con grupos minoritarios, nacionalistas, algo que alcanzó su cénit en el acuerdo presupuestario con la factura abonada al PNV y al BNG. Todo esto tiene un límite en el tiempo, aunque el presidente ha mostrado sobradamente su capacidad de sacar conejos de la chistera. ¿Resistirá mucho tiempo más con esas maniobras? Atención a junio, con las elecciones europeas, importantes para una respuesta a esa pregunta.
Se dirá que buscar articular mayorías en el legislativo cuando no se tienen es la esencia del parlamentarismo, parlamentarismo por otra parte absolutamente deteriorado en nuestro país desde la primera legislatura por el dominio incontestable del presidente de Gobierno de turno sobre sus parlamentarios (¿tendrá algo que ver con esto el sistema de listas cerradas?). Es cierto, buscar esas mayorías es la esencia del parlamentarismo, pero esa búsqueda tiene siempre un límite que es el marcado por algo hoy ya en el baúl de los recuerdos: la ideología y la decencia política, si es que a alguien le suenan esas dos antiguallas. Porque esos acuerdos, como lo hemos visto especialmente en los últimos años, especialmente si son con partidos nacionalistas que no creen en un proyecto común y que, contrariamente a lo que dice la Constitución, no se consideran Estado, tienen siempre un coste y muy alto aunque no se quiera reconocer. Se trata simplemente de lo de siempre, mantenerse como sea en el poder.
Ese coste es especialmente alto en momentos como el actual, donde la brutal crisis económica (mezcla de la propia y la importada) se está convirtiendo, como se sabía, en crisis social y está sacando a la luz, como también se sabía, una crisis institucional, oculta desde la entrada en vigor de la Constitución. Está claro que un Gobierno aislado, quemado y sobradamente incapaz no puede hacer frente a lo que tiene delante, y eso tiene también un enorme coste que lo paga toda la ciudadanía. Pero eso da igual, se trata de seguir trampeando negando los graves errores (la reciente astracanada sobre Kosovo se pretende saldar con eso de que "si ha habido algún equívoco, ya se ha corregido") en espera del siguiente tema que saldrá en un par de días o planteando nuevos asuntos para distraer al personal, con el apoyo impagable de los medios de comunicación fieles. La degeneración de la política, noble actividad en esencia, continúa alcanzando nuevas cotas porque, ya se sabe, toda situación, por mala que sea, es siempre susceptible de empeorar. De eso se trata , y luego se extrañan de la brecha creciente entre los ciudadanos y los políticos.
Nota adicional: escrito y remitido para su publicación lo anterior, leo la decisión del Gobierno de intervenir Caja Castilla La Mancha. No hace falta ser muy astuto para deducir que éste no va a ser un caso aislado, lamentablemente. Todo ello no hace sino corroborar, en mi opinión, lo escrito en esta columna.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Candido, lo de Baleares peor, y Madrid(Ferraz) mirando para otro lado, politica de marketing, nacionalista y el PSOE tragando y humillando a los suyos, despues dira Pepiño que se dio cuenta en campaña, que antes no lo sabia.