miércoles, 11 de marzo de 2009

LOS MUERTOS QUE NO SE REGISTRAN

En el día en que hay que honrar la memoria de casi doscientos conciudadanos muertos por la barbarie, y honrar tanto a las victimas como a los familiares, discriminados todos por la bruja Aguirre y por una sectaria asociación de victimas de otro terrorismo, en el mismo día en que un lelo neosocialista hace política de esto, y no debe, y donde debe, no la hace porque no sabe, quiero unir a ese recuerdo, el que se debe a otras víctimas mortales olvidadas por todos, las victimas que causan las enfermedades profesionales. Y para ello nada mejor que el articulo publicado el pasado día 23 de febrero en el diario El Triangle, en el que Vicent Navarro pone de manifiesto otra manipulación del poder político zapateril, esta vez a favor de las Mutuas Patronales de Accidentes de Trabajo y Enfermedades Profesionales de la Seguridad Social.
Ruego pasen por alto mi manifiestamente mejorable traducción del catalán y céntrense en lo sustancial, la nueva prueba sobre a quienes prestan sus servicios estos neosocialistas.
“En cualquier país del mundo hay personas que mueren a consecuencia de las enfermedades que adquieren como resultado de las condiciones existentes en su puesto de trabajo. Pero no así en España. Según las cifras oficiales de enfermedades profesionales que publica el Estado Español, en España nadie ha muerto como consecuencia de una enfermedad laboral. Según tales estadísticas, nadie murió por tal motivo ni en el año 2000, ni en el 2001, ni en el 2002, ni en el 2003, ni en el 2004, solamente en el 2005 fue cuando nada más que tres personas murieron a causa de enfermedades adquiridas en su trabajo. ¡Realmente sorprendente!
Las causas de este hecho extraordinario pueden ser dos. Una es que aquí, en España, las condiciones del trabajo son tan excelentes que nadie ha muerto a causa de una enfermedad laboral. La otra razón es que se infra registra este tipo de mortalidad. Y eso es lo que pasa. Los expertos del Observatorio Laboral de la Universidad Pompeu Fabra (UPF), uno de los centros científicos en Salud Laboral más creíbles del país, han estimado que atendiendo a la estructura laboral de España mueren ni más ni menos que alrededor de 14.000 hombres y más de 2.000 mujeres por enfermedades contraídas en su puesto de trabajo. Estas cifras son fáciles de calcular, ya que hay un conocimiento científico muy avanzado sobre la incidencia, prevalencia y tasas de mortalidad de las diferentes enfermedades laborales que es posible encontrar entre los trabajadores según su tipo de trabajo y según sus propias condiciones laborales. De esta manera el Observatorio Laboral ha calculado que hay más de 9400 muertos al año por cáncer de origen laboral, más de 3600 muertes por enfermedades cardiovasculares también de origen laboral y algo más de 1700 muertes por enfermedades respiratorias con causa laboral. Pues bien, ni una de ellas aparecen en aquel registro oficial de muertes por causa laboral.
Ese practica de infra registrar también se realiza en el registro de las enfermedades laborales, incluyendo las más graves, práctica que ha ido aumentando en los últimos años. Mientras que la población laboral ha aumentado de 15 a 17 millones, el número de casos graves de enfermedades profesionales registrados se ha reducido, según tal registro de 191 en el año 2000 a 120 en el 2005, lo cual es imposible que se tenga una disminución de las enfermedades laborales o el descenso de su gravedad. La causa de esta situación es también un escandaloso infra registro que llega a un 64 % del total de las enfermedades laborales, porcentaje que llega al 100 % en los casos de las enfermedades más graves, como es el cáncer de origen ocupacional. En realidad las cifras oficiales reconocen cerca de 30.000 casos anuales de enfermedades profesionales, la inmensa mayoría de ellos leves y sin baja. Las cifras reales, no obstante lo anterior, son mucho mayores. Se estima que un 9 % de los trabajadores y un 13 % de las trabajadoras (un total de 2 millones de personas) padecen alguna enfermedad o dolencia resultado de su trabajo.
Después de llegar a estos datos, el lector se preguntará ¿por qué pasa esto? Como puede ser que en España haya trabajadores que mueren y se exponen a enfermedades constante y diariamente sin que se registren las causas de sus muertes.
Para responder a estas preguntas hemos de mirar quien es el beneficiario o quien sufre esta situación. Comencemos con los que se benefician. Y en muy primer lugar aparecen la Mutuas Patronales de Accidentes y Enfermedades Laborales, que hacen todo lo posible e imposible para que tales enfermedades y causas de muertes no se reconozcan y se registren, evitándose así pagar a los familiares, en caso de muerte, la pensión que les correspondería por ello, o abonar los costes de atender a tales enfermos en las instituciones sanitarias que cuidan a los pacientes que tienen enfermedades laborales. Tales Mutuas llegan a extremos enormes con toda su batería de abogados, profesionales anónimos expertos, políticos próximos a ellos (la mayoría de derechas pero también algunos de izquierda) para que la verdad no se conozca y es por lo que hay que hacer algo sobre eso. El análisis de cómo actúan habría de ser materia de más de una película o documental televisivo. Pero no se hace nada. Hoy tales Mutuas están entre los fondos de dinero privados más importantes de los existentes en España. Su poder económico y político es enorme.
¿Quién pierde? Aquí la lista es larga. En primer lugar los trabajadores y sus familias. Las Mutuas no pagan la pensión laboral (que es más grande que la pensión normal de la Seguridad Social) a los familiares, viudas, viudos o descendientes del trabajador muerto y que les corresponde por ley. El hecho de que se practique tal infra registro significa un enorme ahorro para las Mutuas Patronales. Tal ahorro es el origen de sus enormes beneficios, que se basan en el sacrificio de los familiares de los muertos. Pero otra víctima del infra registro es el Servicio Nacional de Salud y la Comunidades Autónomas que pagan por servicios sanitarios de estas enfermedades cuando, por ley, tales servicios sanitarios habrían de ser pagados por la Mutuas Laborales. El coste para las CCAA es enorme, llegando a representar el 14 % del coste total del servicio público sanitario. En cambio este tema no sale en los medios que siempre se fijan en el famoso copago como forma de conseguir más dinero”.


Solo cabe añadir a tan clarificador artículo que según datos de CCOO, en los años 2006 y 2007 se produjeron en España 15508 y 16115 muertes, respectivamente, por enfermedades profesionales.

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