sábado, 11 de julio de 2009

EL NEGOCIO H1N1

Ha dicho la dicharachera ministra de Sanidad y ¡Políticas Sociales!, que la gripe estacional es más grave que esta gripe porcina, y como todo buen ciudadano hemos de creer a esta como a cualquier otra/o representante del pueblo soberano. Lo cual no quita para que, en el ejercicio de la libertad de pensamiento y de expresión que por ahora nos otorgan, nos podamos hacer varias preguntas.
“Comenzons” que decían Tip y Coll: Si solo ha habido dos muertes por esta causa, ¿A qué viene tanta alarma social?.
Si según dice la Ministra, esta gripe, este bichito es poca cosa, ¿Cómo es que decide comprar 37 millones de vacunas?.
Si la ministra estuviese equivocada y el bichito fuese mucho más cabrón de lo que ella supone ¿quedarían 10 millones de españoles sin proteger de tan artero virus?.
Puesto que ya se ha decidido tan cuantiosa compra ¿tiene doña Trini la seguridad que lo que se compra es efectivo contra el bichito? Y de ser así ¿en qué pruebas y antecedentes se fundamenta para hacer esa compra y no la de otro producto?.
¿Nos podría decir doña Trini el montante económico de la compra y a qué laboratorio/s le ha tocado tan abundante “bote” económico?.
¿En qué momento serían utilizadas esas vacunas?. ¿Qué coste tendría para los ciudadanos inoculados?. ¿Qué fecha de caducidad tienen o tendrán las llamadas vacunas?
Todas estas preguntas y algunas más que podrían hacer los expertos en “pandemias” que producen dos víctimas, deberían ser contestadas por la ministra doña Trini si no quiere que el personal comience a pensar que la religión sebastianera, la que consiste en ayudar a los “amigos” que de su negociado dependan, como él hace con los “arruinados” del kilowatio, se aplica no solo en Industria y en Economia y Hacienda por doña Salgado a sus banqueritos enladrillados, sino que en Sanidad, estando ella de alumna aventajada en como, por qué y para quien darle aire a los dineros públicos, ha determinado que antes los hay para la industria farmacéutica que para la ley de dependencia.
Que es que los “dependientes” son unos desagradecidos y no tienen ni un detalle.

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