Nos decía ayer don Pedro José sobre la vergonzosa visita de unos desoficiados parlamentarios y un Moratinos, cada día mas zapaterista, que : “El Gobierno quiere abrir una nueva era en las complicadas relaciones bilaterales, aunque el trasfondo es sobre todo económico, ya que nuestras empresas buscan incrementar las inversiones y participar en la explotación de los recursos petrolíferos de Guinea. Pero una cosa es que el Gobierno favorezca las relaciones comerciales, y otra que nuestra diplomacia se preste a escenificaciones vergonzosas”.
Lo cual, traducido al castellano, significa que don Pedro José no ve bien que vayan a dorarle la píldora al dictador Obiang, pero que otra cosa muy distinta, -y hay que entender que positiva-, es que se hagan negocios con el dictador, por más que este reconozca sin rubor alguno quedarse con los beneficios que le reporta vender los bienes naturales de sus país.
Es absolutamente natural que en esta melé de intereses privados y públicos, en esta mezcolanza de negocios privados favorecidos por el poder y el dinero público, se haya concitado la más vergonzosa actuación internacional de la clase política española, bien es cierto que lo que no puede aducirse es que esta actuación foránea sea contraria o contrapuesta a las que hacen internamente.
Lo cual, traducido al castellano, significa que don Pedro José no ve bien que vayan a dorarle la píldora al dictador Obiang, pero que otra cosa muy distinta, -y hay que entender que positiva-, es que se hagan negocios con el dictador, por más que este reconozca sin rubor alguno quedarse con los beneficios que le reporta vender los bienes naturales de sus país.
Es absolutamente natural que en esta melé de intereses privados y públicos, en esta mezcolanza de negocios privados favorecidos por el poder y el dinero público, se haya concitado la más vergonzosa actuación internacional de la clase política española, bien es cierto que lo que no puede aducirse es que esta actuación foránea sea contraria o contrapuesta a las que hacen internamente.
Que un ministro progresista, o zapaterista, o de la vía que Vds. quieran, de la mano de un inmortal Fraga, aquel que firmó el acta de independencia de Guinea Ecuatorial con la sombra de su particular dictador, Franco, en el cogote, ambos, de la mano, se presten a defender los oscuros intereses de petroleras españolas, y quién sabe si extranjeras, y en acto de sumisión a uno de los más sangrientos dictadores africanos, y se postren a sus pies olvidando derechos humanos universales, demuestran, que para estos dos, dos genuinos representantes del sistema, esos derechos son de quita y pon, y en plena incoherencia con lo que aquí pregonan, llegan a abroncar a quien osa preguntar por ellos en un país en el que brillan por su ausencia. Pero es que como dice el adalid de la verdad del titadine, el negoci es el negoci, y lo demás son puñetas.
Esta es la filosofía, esta es la religión que comparten Moratinos, Fraga y Obiang, esta es la forma de ayudar a la extensión de la libertad allá donde no la hay. Como social liberales que dicen ser, el progreso bien entendido comienza por uno mismo y si hay que elegir entre petróleo o libertad y bienestar para un puebo, su opción está muy clara.
Esta es la filosofía, esta es la religión que comparten Moratinos, Fraga y Obiang, esta es la forma de ayudar a la extensión de la libertad allá donde no la hay. Como social liberales que dicen ser, el progreso bien entendido comienza por uno mismo y si hay que elegir entre petróleo o libertad y bienestar para un puebo, su opción está muy clara.
Ahora me explico la razón de las prolongadas, agradables y distendidas platicas del moralista don Pedro José con el líder Zp. ¡Cuánta comunión y cuanta coincidencia!.
Y visto el tratamiento que la prensa está dando a esta ignominiosa visita de “Estado” al dictador Obiang, lamento coincidir con él en este, y solo en este punto. Yo también hubiese alojado a determinados periodistas en barcos con ratas. Solo por ver como en caso de peligro de hundimiento, los primeros les sacaban en la huida una asombrosa ventaja a los roedores.
Y visto el tratamiento que la prensa está dando a esta ignominiosa visita de “Estado” al dictador Obiang, lamento coincidir con él en este, y solo en este punto. Yo también hubiese alojado a determinados periodistas en barcos con ratas. Solo por ver como en caso de peligro de hundimiento, los primeros les sacaban en la huida una asombrosa ventaja a los roedores.
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