viernes, 17 de julio de 2009

LOS ROJOS DE DERECHAS

Me voy a limitar hoy a reproducir unas cuantas frases de una noticia que el miércoles, de forma muy temporal, tuvo colgada El País en su web, para al final rogarles que hagan un pequeñísimo esfuerzo mental. Lean:
"Nuestros ciudadanos no aceptarán el uso repetido de dinero de los contribuyentes para salvar las instituciones financieras que han actuado irresponsablemente".
“Quiero que Europa asuma sus responsabilidades en materia económica y ponga fin a la situación de que los beneficios sean privados y las pérdidas públicas".
“Hay que establecer rápidamente un sistema de supervisión financiera para evitar que esta crisis se reproduzca en el futuro".
"Es insostenible que tres de cada 10 europeos en edad de trabajar estén fuera del mercado laboral"
Aunque todo lo anterior, inmersos como estamos en zapaterismo reinante, nos pueda sonar a soflama de algún extremista de izquierda, quien lo ha expresado ha sido el presidente comunitario de turno, el conservador sueco Frederick Reinfeld. (El señor de la foto)
En el mismo foro comunitario, el líder de los liberales, Guy Verhofstadt, ha planteado la necesidad de "lanzar un nuevo Plan de Recuperación Económica en lugar de 27 planes nacionales distintos".
Y para ir abriendo boca sobre lo que ha de ser “la histórica conjunción planetaria”, (según doña Leire), de Obama y Zp al frente del mundo mundial a partir del uno de enero próximo, se nos anuncia que “dar una dimensión comunitaria a la lucha contra la violencia de género y poner en marcha un programa Erasmus para policías europeos serán dos de las principales prioridades de la presidencia española de la Unión Europea".
Como les decía, les ruego que hagan el esfuerzo mental de, por comparación, determinar quienes pueden ser considerados como unos rojeras siendo de derechas y quienes son de derechas diciendo ser rojeras.
Que es que a un servidor, al leer estas cosas, se le alteran las neuronas y se le cae la baba de envidia, y ya no sé si seguir reivindicando la socialdemocracia, o hacer una colecta para “importar” a unos cuantos “conservadores” como los suecos.

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