Ayer, la prensa nacional incluyó una noticia de esas que, de forma nada casual, están destinadas a ocupar los espacios de maquetación que quedan libres tras haber situado las que los consejos de redacción consideran principales.
Esa noticia era que el ex jefe de la General Motors, un tal Rick Wagoner, tras haber mandado al paro a más de veinte mil trabajadores y aun así haber hundido a la empresa, seguirá recibiendo millones de dólares, eso sí, muchos menos de los que en principio se había adjudicado en caso de cese grácias a la intervención directa del presidente Obama.
Proseguía la noticia informando sobre las perdidas económicas de GM y la cuantía de los fondos públicos aportados por el gobierno federal, dineros que han producido que, por esa intervención salvadora, el gobierno norteamericano sea hoy su propietario, ya que se ha convertido en el mayor accionista de la más, o una de las más emblemáticas empresas americanas, aquella a la que precisamente se refería un dicho de no recuerdo qué presidente yankee que decía que lo que es bueno para la General Motors es bueno para América.
Y si la noticia, como digo, estaba tratada solo como algo que ocupaba un lugar en el papel prensa de ayer, la particularidad de la intervención económica y el lógico ejercicio del derecho de propiedad ejercido por el gobierno federal a cambio del caudal público desembolsado, no era objeto del mas mínimo comentario, perdiendo la ocasión, las redacciones de esa prensa, de destacar que esa intervención económica estatal y el consiguiente ejercicio de la propiedad pública, tampoco ha merecido el mas mínimo comentario en los Estados Unidos.
Allí, en el paraíso del capitalismo en plena coherencia con sus normas básicas, nadie se ha llevado las manos a la cabeza espantado por esa actuación y sus lógicas consecuencias. Allí, con las cosas del dinero, y más si es público, son pero que muy serios.
Mientras, aquí, los que se declararon adoradores de Obama, a la vista de cómo actúan los auténticos liberales, que no otra cosa es el presidente USA, llevan un tiempo raspándose el parentesco, distanciándose y silenciando sus iniciales ardores por quien está demostrando que sí, que era cierto su slogan de “Yes, we can”, -Si, podemos-, mientras que estos “progres” de por aquí, como ya he dicho en algún otro post, debieran aplicarse el antónimo del eslogan de Obama, “No, no queremos”.
Porque la realidad de las actuaciones económicas que el “desgobierno” de Zp está realizando como supuestos lenitivos a la crisis financiero-ladrillera española, no se pueden encuadrar entre las que habría que definir como actuaciones en consonancia con un sentir liberal respetuoso con las mas elementales normas capitalismo, mucho menos aun sus ocurrencias económicas pueden ser inscritas en el sentir o en ideología, no ya socialista, ni socialdemócrata, ni tan siquiera progresista, que dicen ser estos.
Si Obama en Estados Unidos respeta las normas del capital y aquí Zp se las salta por la derecha y rechaza lo que es normal en el mercado, pasar a ser propietario de aquello por lo que pagas, solo cabe concluir que, o bien estamos en proceso de consolidación de la Confederación Bananera Española, o algunos intereses ocultos pudieran acabar explicando la sinrazón del proceder zapaterista.
¿Qué otra cosa cabe concluir, cuando allí los dineros públicos invertidos convierten a los ciudadanos y a su Estado en poseedores de bienes y al tiempo en salvadores de empresas y puestos de trabajo, mientras aquí el dinero público donado a incompetentes políticos metidos a banqueros, hace que el Estado disminuya tanto cuanto aumentan las deudas, el déficit, que habremos de seguir pagando los pocos que pagamos impuestos, sin que ello repercuta en el incremento del bienestar social?
¡Y aun hay quien dentro del Psoe se interroga sobre la falta de credibilidad de Zp y sus “cuates”!
Proseguía la noticia informando sobre las perdidas económicas de GM y la cuantía de los fondos públicos aportados por el gobierno federal, dineros que han producido que, por esa intervención salvadora, el gobierno norteamericano sea hoy su propietario, ya que se ha convertido en el mayor accionista de la más, o una de las más emblemáticas empresas americanas, aquella a la que precisamente se refería un dicho de no recuerdo qué presidente yankee que decía que lo que es bueno para la General Motors es bueno para América.
Y si la noticia, como digo, estaba tratada solo como algo que ocupaba un lugar en el papel prensa de ayer, la particularidad de la intervención económica y el lógico ejercicio del derecho de propiedad ejercido por el gobierno federal a cambio del caudal público desembolsado, no era objeto del mas mínimo comentario, perdiendo la ocasión, las redacciones de esa prensa, de destacar que esa intervención económica estatal y el consiguiente ejercicio de la propiedad pública, tampoco ha merecido el mas mínimo comentario en los Estados Unidos.
Allí, en el paraíso del capitalismo en plena coherencia con sus normas básicas, nadie se ha llevado las manos a la cabeza espantado por esa actuación y sus lógicas consecuencias. Allí, con las cosas del dinero, y más si es público, son pero que muy serios.
Mientras, aquí, los que se declararon adoradores de Obama, a la vista de cómo actúan los auténticos liberales, que no otra cosa es el presidente USA, llevan un tiempo raspándose el parentesco, distanciándose y silenciando sus iniciales ardores por quien está demostrando que sí, que era cierto su slogan de “Yes, we can”, -Si, podemos-, mientras que estos “progres” de por aquí, como ya he dicho en algún otro post, debieran aplicarse el antónimo del eslogan de Obama, “No, no queremos”.
Porque la realidad de las actuaciones económicas que el “desgobierno” de Zp está realizando como supuestos lenitivos a la crisis financiero-ladrillera española, no se pueden encuadrar entre las que habría que definir como actuaciones en consonancia con un sentir liberal respetuoso con las mas elementales normas capitalismo, mucho menos aun sus ocurrencias económicas pueden ser inscritas en el sentir o en ideología, no ya socialista, ni socialdemócrata, ni tan siquiera progresista, que dicen ser estos.
Si Obama en Estados Unidos respeta las normas del capital y aquí Zp se las salta por la derecha y rechaza lo que es normal en el mercado, pasar a ser propietario de aquello por lo que pagas, solo cabe concluir que, o bien estamos en proceso de consolidación de la Confederación Bananera Española, o algunos intereses ocultos pudieran acabar explicando la sinrazón del proceder zapaterista.
¿Qué otra cosa cabe concluir, cuando allí los dineros públicos invertidos convierten a los ciudadanos y a su Estado en poseedores de bienes y al tiempo en salvadores de empresas y puestos de trabajo, mientras aquí el dinero público donado a incompetentes políticos metidos a banqueros, hace que el Estado disminuya tanto cuanto aumentan las deudas, el déficit, que habremos de seguir pagando los pocos que pagamos impuestos, sin que ello repercuta en el incremento del bienestar social?
¡Y aun hay quien dentro del Psoe se interroga sobre la falta de credibilidad de Zp y sus “cuates”!
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