No es que quiera recordar a que día estamos, no.
Es que esta fecha, para mí, es y ha sido determinante en mi vida en el partido, y solo voy a referir dos actos ocurridos ambos dos 28 de julio.
28 de julio de 2005, la Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Madrid aprueba un gasto por 8.775,2 millones de euros para la ejecución del contrato de gestión del servicio público de reforma, conservación y explotación de la vía urbana M-30, mediante sociedad de economía mixta.
Alguno dirá, pues qué bien, pero como puede influir eso en tu vida.
A ello voy. Un servidor, a la sazón portavoz del Psoe en la Comisión de Vigilancia de la Contratación, entendió como obligación propia empaparse de este contrato, indagar su generación, desarrollo, valoración, concurso, ofertas y adjudicación final, para lo cual, y dada la fecha en que se aprobó, dediqué el mes de agosto y septiembre, nada de vacaciones, a su estudio.
A finales de septiembre consideré que estaba en condiciones de llevar a la comisión de vigilancia de la contratación el referido contrato, y cuál es mi sorpresa, que al proponerlo en reunión del grupo municipal socialista, se me prohíbe tajantemente por parte de la entonces portavoz Dª Trinidad Jiménez.
Nunca se me adujo razón alguna que justificase mínimamente tal prohibición, pero con el discurrir del tiempo he podido comprobar las implicaciones e intereses, de muchos en que casi 1,5 billones de pesetas rodasen desde las arcas del ayuntamiento a bolsillos privados. Y sépase que no estoy hablando de la obra de la M-30 que todos hemos visto finalizar, no, eso es dinero aparte, este dinero va destinado a los túneles que aun no se han hecho en el norte de Madrid, cierre de la M-30, y el mantenimiento y conservación de esta vía, que durante 30 años se compromete.
Por ello, ese 28 de julio de 2005, comprobé, cándido de mí, que las relaciones psoe-dinero público no solo eran y son ciertas, sino que había y hay tantas y tales personas involucradas, y que puedo afirmar que el sistema, aparentemente democrático, mantiene intactas relaciones de connivencias de poder, tan antiguas, que hablar de la dictadura se me antoja casi postmoderno, por lo que más habría que hablar del “ancien regime” para que el amable lector tenga una pista valida.
Ni que decir tiene que una vez sale del ayuntamiento la Trini, volví a plantear la iniciativa, y a pesar de haber un nuevo portavoz, la negativa fue la misma. Demostración redundante que no era solo cuestión personal de tan activa diplomática, sino que el conjunto del partido estaba en la misma orbita de intereses.
Dicen los luteranos, que el dinero es algo tan importante que merece respeto y añaden, pero el de los demás, mas.
Está claro que en el Psoe, hay católicos, católicos no practicantes, agnósticos, ateos, creyentes de otras religiones, todos ellos dignos de respeto, pero en lo tocante al dinero público, ni un solo luterano.
Es que esta fecha, para mí, es y ha sido determinante en mi vida en el partido, y solo voy a referir dos actos ocurridos ambos dos 28 de julio.
28 de julio de 2005, la Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Madrid aprueba un gasto por 8.775,2 millones de euros para la ejecución del contrato de gestión del servicio público de reforma, conservación y explotación de la vía urbana M-30, mediante sociedad de economía mixta.
Alguno dirá, pues qué bien, pero como puede influir eso en tu vida.
A ello voy. Un servidor, a la sazón portavoz del Psoe en la Comisión de Vigilancia de la Contratación, entendió como obligación propia empaparse de este contrato, indagar su generación, desarrollo, valoración, concurso, ofertas y adjudicación final, para lo cual, y dada la fecha en que se aprobó, dediqué el mes de agosto y septiembre, nada de vacaciones, a su estudio.
A finales de septiembre consideré que estaba en condiciones de llevar a la comisión de vigilancia de la contratación el referido contrato, y cuál es mi sorpresa, que al proponerlo en reunión del grupo municipal socialista, se me prohíbe tajantemente por parte de la entonces portavoz Dª Trinidad Jiménez.
Nunca se me adujo razón alguna que justificase mínimamente tal prohibición, pero con el discurrir del tiempo he podido comprobar las implicaciones e intereses, de muchos en que casi 1,5 billones de pesetas rodasen desde las arcas del ayuntamiento a bolsillos privados. Y sépase que no estoy hablando de la obra de la M-30 que todos hemos visto finalizar, no, eso es dinero aparte, este dinero va destinado a los túneles que aun no se han hecho en el norte de Madrid, cierre de la M-30, y el mantenimiento y conservación de esta vía, que durante 30 años se compromete.
Por ello, ese 28 de julio de 2005, comprobé, cándido de mí, que las relaciones psoe-dinero público no solo eran y son ciertas, sino que había y hay tantas y tales personas involucradas, y que puedo afirmar que el sistema, aparentemente democrático, mantiene intactas relaciones de connivencias de poder, tan antiguas, que hablar de la dictadura se me antoja casi postmoderno, por lo que más habría que hablar del “ancien regime” para que el amable lector tenga una pista valida.
Ni que decir tiene que una vez sale del ayuntamiento la Trini, volví a plantear la iniciativa, y a pesar de haber un nuevo portavoz, la negativa fue la misma. Demostración redundante que no era solo cuestión personal de tan activa diplomática, sino que el conjunto del partido estaba en la misma orbita de intereses.
Dicen los luteranos, que el dinero es algo tan importante que merece respeto y añaden, pero el de los demás, mas.
Está claro que en el Psoe, hay católicos, católicos no practicantes, agnósticos, ateos, creyentes de otras religiones, todos ellos dignos de respeto, pero en lo tocante al dinero público, ni un solo luterano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario