jueves, 19 de julio de 2007

LA PASTA DE LA IGLESIA

Como es posible que treinta años después de haber iniciado formalmente el actual periodo democrático en España, no tengamos derecho los ciudadanos españoles a saber cuántos de nuestros dineros aportados fiscalmente al estado acaban en manos de aquellos, que no solo no están legitimados colectivamente para hacer política, sino que actúan como un contrapoder cuando los gobiernos no responden cien por cien a sus deseos, y que en multitud de ocasiones quieren convertir sus deseos en imposiciones.
No tienen derecho los gobiernos ni a dar, ni a regalar, un dinero que no es suyo, y no tienen derecho, otros, a tomar lo que saben no les corresponde, por mucho que la ley, su ley, lo permita de forma desigual, arbitraria, discriminatoria y sectaria.
Pero lo peor es que, la iglesia católica entiende que sus derechos son mejores derechos que los de aquellos que estimamos que habiendo causas sociales más perentorias, por injustas, ni un solo euro debería ir a atender las supuestas necesidades de los que forman parte de la dirección del máximo propietario catastral, urbano y rustico, de España.
No tengo la mas mínima esperanza sobre cambio alguno en la iglesia católica, a no ser que de nuevo encuentren un franquito para pasearlo bajo palio, pero aun quiero confiar en que la razón y la justicia española abran vía por la cual sepamos cuantos de nuestros impuestos acaban en manos del actual nacional-catolicismo, aportado por el zapaterismo que lo oculta, ¿avergonzado?.......Lo dudo.
No estaría de más, poder comparar lo presupuestado para atender a lo largo de este año las necesidades de los ciudadanos que se acojan a la ley de dependencia y lo que se ha transferido, también este año, a los siempre “in-dependientes” obispos.
Si queréis apostamos a que se destina más dinero.Cinco a uno, a que hay más dinero este año para los curas que para los dos millones treinta mil dependientes censados, y si es verdad el dicho que “lo que no son pesetas, son puñetas”, pues... que a este efecto, los dependientes son las puñetas de las casullas católicas.

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