El día 10 de julio entregué en mi agrupación un escrito por el que demandaba a la secretaria de organización tramitase mi baja en el partido con fecha 28 de este mes.
Entonces, como todos, sabía que era la fecha de finalización del impuesto congreso extraordinario; también por entonces, y como todos, sabía quién iba a ser el nuevo secretario gral. del PSM, y sabiendo esto, y los antecedentes digitales que han conducido a que este congreso pase a los anales del socialismo madrileño como el más digital, menos democrático, y sin ningún contenido político conceptual, tomé esa decisión, pensada desde hace ya muchos meses.
Pero visto lo visto, solo nombres, lo que cada uno de ellos representa, y la muy favorable acogida que la prensa “amiga” les ha deparado, solo me resta confirmar que la decisión tomada no ha sido, por una vez, equivocada.
No voy a entrar en el “who is who”, tiempo habrá, lo que sí sé con seguridad, es que en marzo, muchos de estos serán lapidados digitalmente. Y hoy ya aseguro que un mínimo de 4 diputados perderá la lista del Psoe en Madrid.
Los de antes podrían ser mediocres, como dice el editorial de “el país”, pero lo eran en paridad al resto que en la dirección federal siguen estando, después de ser estos los primeros, más directos y casi exclusivos responsables de los dos fracasos digitales zapateriles en Madrid. Pero es que estos y estas de ahora, son poco menos que vasallos, correveydiles, bufones asentidores de los anteriores. Con dos honrosas excepciones que confirman la regla y que a fin de no perjudicarles con mí aprecio, silenciaré sus nombres.
El resto purrela, pelusilla de bolsillo, iba a decir política, ni eso, tercera regional nada preferente. Al tiempo.
Y como ya estamos a 29 de junio y a efectos legales ya no formo parte de este partido hoy traidor a sus orígenes, diré: ¡Fuera Zapatero! ¡Viva Pablo Iglesias!
Entonces, como todos, sabía que era la fecha de finalización del impuesto congreso extraordinario; también por entonces, y como todos, sabía quién iba a ser el nuevo secretario gral. del PSM, y sabiendo esto, y los antecedentes digitales que han conducido a que este congreso pase a los anales del socialismo madrileño como el más digital, menos democrático, y sin ningún contenido político conceptual, tomé esa decisión, pensada desde hace ya muchos meses.
Pero visto lo visto, solo nombres, lo que cada uno de ellos representa, y la muy favorable acogida que la prensa “amiga” les ha deparado, solo me resta confirmar que la decisión tomada no ha sido, por una vez, equivocada.
No voy a entrar en el “who is who”, tiempo habrá, lo que sí sé con seguridad, es que en marzo, muchos de estos serán lapidados digitalmente. Y hoy ya aseguro que un mínimo de 4 diputados perderá la lista del Psoe en Madrid.
Los de antes podrían ser mediocres, como dice el editorial de “el país”, pero lo eran en paridad al resto que en la dirección federal siguen estando, después de ser estos los primeros, más directos y casi exclusivos responsables de los dos fracasos digitales zapateriles en Madrid. Pero es que estos y estas de ahora, son poco menos que vasallos, correveydiles, bufones asentidores de los anteriores. Con dos honrosas excepciones que confirman la regla y que a fin de no perjudicarles con mí aprecio, silenciaré sus nombres.
El resto purrela, pelusilla de bolsillo, iba a decir política, ni eso, tercera regional nada preferente. Al tiempo.
Y como ya estamos a 29 de junio y a efectos legales ya no formo parte de este partido hoy traidor a sus orígenes, diré: ¡Fuera Zapatero! ¡Viva Pablo Iglesias!
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