Solo dos botones de muestra que hoy mismo, en la prensa, ponen de relieve, para quien quiera verlo, que es realmente el zapaterismo.
Mientras zp viaja a Mejico, mas concretamente a Cancun, centro de lujo caribeño, no a Chiapas, ni a Ciudad Juarez, centros de miseria y muerte, cualquiera puede ver en uno de esos diarios gratuitos, escenas que mas debieran pertenecer al los finales del siglo XIX o principios del XX. En la plaza Fernandez Ladreda de Madrid, y cabe suponer que como en muchas otras plazas de pueblos y ciudades de España, se contrata clandestinamente a la mano de obra casi esclava de los poderosos del ladrillo, los emigrantes. Aquellos a los que se les regala el derecho a voto en las municipales, pero no el derecho a su dignidad y seguridad laboral. Hablan de contratadores clandestinos en vehiculos de conocidas empresas de la construccion que han abandonado a la puerta de hospitales a trabajadores accidentados, asi contratados.
Y encima quieren mas flexibilidad del mercado de trabajo, lo que quieren es que los trabajadores doblen mas la espalda, esa es la flexibilidad que les interesa, y Zapatero se la dará, faltaría mas modernidad.
Y segundo boton. Leo en la prensa de este fin de semana que el Sec. Gral. para la Seguridad Social, Exmo. Sr. D. Octavio Granados, aboga por la necesidad que los trabajadores, de forma generalizada, suscriban polizas de pensiones privadas, complementarias a las publicas. Y este es el Sr. que se supone tiene que enviarnos mensajes de confianza en el sistema que dirige y por lo que le pagamos.
¿Alguien se imagina lo que duraría en su puesto el director general o presidente de la Coca-Cola que en los medios de comunicación recomendase consumir Pepsi-Cola? Pues seguro que este encima pasa a los anales del zapaterismo como un gran gestor y un concienciado defensor de los sistemas publicos de proteccion social.
Por cierto y para finalizar. Me comenta mi "amigo" Alejandro Inurrieta, que este año se va a dedicar un total de 53 mil millones de euros, casi nueve billones de pesetas, a amortizar deuda. No a atajar algo de lo antes comentado.
Lo dicho, asquito.
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