martes, 24 de junio de 2008

¿CABE ESPERANZA?

“De ti alzaron las alas los pájaros del canto.

Todo te lo tragaste, como la lejanía.
Como el mar, como el tiempo. Todo en ti fue naufragio!”
“La canción desesperada”. Pablo Neruda

Yo no puedo escribir los versos más tristes esta noche, pero alguien debiera hacerlo pues nada cabe esperar que a justicia, equilibrio e igualdad nos acerque.
Triste es que quienes provocan el sufrimiento ajeno, la crisis de los débiles, sean los que ayudas sin fin reciben. Triste, que nada se obtenga a cambio de la generosidad de los que con su aportación las ayudas hacen posibles. Triste, que quien regala lo ajeno lo troque por interés propio. Triste, que se pague con sufrimiento la felicidad de los menos. Triste que la esperanza de equilibrio se haya vendido al mejor impostor. Triste, que de abnegadas luchas pasadas hasta su ejemplaridad se pierda en el olvido. Triste, que vidas truncadas, soportes de avances, carcomidas sean. Triste, que ni orgullo, ni decencia, ni honradez, ni verdad tengan sustrato social alguno. Triste, dedicar la vida a que el engaño crezca, la mentira engorde, los rateros asciendan, los mediocres figuren y los pacientes asesinos de la política se eternicen por doquier. Triste maldición la de repetir la historia de tragedias siempre iguales y siempre alentadas por los mismos rufianes.
Solo cabe esperar que el germen que hizo del hombre rey de la creación por la música, la poesía, el amor, la comprensión, el perdón y por su capacidad de soñar le devuelva a enarbolar ideales tan eternos como la luz de su entendimiento.
Es mi deseo para mi futuro nieto. En Madrid a las 21h 24 ´ del día 24 de junio de 2008

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Enhorabuena por tu futuro nieto, pero... ¿A que viene tanta tristeza?

Cándido Fernández dijo...

Pues creia que estaba claro, pero si no lo pillas, lee lo de dias anteriores.

Anónimo dijo...

Lo he leido, pero creo que piensas que la política tiene que hacernos felices, y mira, no. Ser feliz es responsabilidad exclusiva nuestra, individual o colectiva, pero nuestra. Los políticos solo son gestores de bienes. Nuestras almas nos pertenecen y nuestras tristezas y alegrias tambien. Pasa de ellos como yo.