jueves, 5 de junio de 2008

L.A. CONFEDERAL

Había en mi antigua agrupación, la muy zapaterista, de Chamberí, un antiguo militante adscrito a lo que antaño fue Izquierda Socialista, hoy los de la yenka, que todo su posicionamiento político, toda su visión social, laboral, económica, se concentraba en un revuelto punto gordo que para él era el sindicato. Absolutamente todo era tamizado en su cerebro por el cedazo de la UGT, desde lo más revolucionario a lo más nimio, sus ojos eran sus siglas y sus entendederas las de aquellos que en cada momento regían, regiamente, ese sindicato.
Nunca atisbé en ese compañero la mas mínima dosis de aporte propio que pudiera ser considerado critica alguna a los que desde la UGT han venido ayudando a alienar a los trabajadores en este país. Su capacidad de análisis era inversamente proporcional a su seguidismo a los jefazos sindicales.
Hoy reunida la ejecutiva confederal de la UGT, han determinado plantar cara a ZP. Este es al menos el titular de la noticia. Otra cosa es que en ella no se dice si la cara que plantarán será de perro o de la más sonriente damisela.
No recuerdo quien dijo algo parecido a que ”los hechos del mañana están enraizados en los hechos del ayer”, pero si esto fuese así ,y el dicho se cumple en multitud de ocasiones, lo que cabe esperar de la “agria confrontación” de Ugt con el gobierno zetaperista es como para que los trabajadores de este país se echen de nuevo a temblar.
Si en los últimos doce años la capacidad adquisitiva de los trabajadores por cuenta ajena ha descendido como nunca antes lo había hecho, si la distribución de las rentas presenta la descompensación más brutal que a favor de las del capital nunca se había dado, si la eufemísticamente mal llamada flexibilización laboral ha avanzado tanto cuanto la inseguridad laboral lo ha hecho, si las prestaciones por desempleo se han estancado y limitado temporalmente, si el esclavismo laboral, se supone que hace mucho abolido, se practica con todos los trabajadores pero especialmente ha sido aplicado a los inmigrantes, si la precariedad laboral es bula sindical-gubernativa para el enriquecimiento del explotador, si tantas y tantas cosas como estas se han venido dando en el pasado reciente, ¿Qué resortes pueden haber cambiado para esperar que el "encontronazo" UGT-Gobierno impulse a pensar que ahora las cosas van a ser diferentes? Ninguno, no hay ni una sola clave que apoye tal ilusión.
En plena crisis económica y laboral, como antes en plena burbuja económica, este sindicato mayoritario a lo que se ha dedicado es a engordar sus arcas y a sus cajeros.
Estamos en un país en el que con algunas limitaciones legales es posible conocer de la A a la Z todos los movimientos que con el dinero público se hacen, así, desde los presupuestos generales del Estado, a los de las Comunidades Autónomas, pasando por los Ayuntamientos, Diputaciones y Cabildos insulares, y de la primera a la última empresa pública están obligados a presentar, dar a conocer, aprobar públicamente, y gestionar con transparencia los dineros que los ciudadanos les ponemos en sus manos, dineros que han de gestionar conforme a unas reglas previamente establecidas, y todos, absolutamente todos los gestores del dinero público han de pasar por el contraste de unos tribunales de cuentas que adveran o rechazan y penalizan las actuaciones presupuestarias según su cumplimiento. Hasta las empresas privadas han de cumplir determinadas normas de carácter contable y fiscal que son supervisadas anualmente por la hacienda pública.Tan solo hay una excepción de presupuestos cuasi totalmente públicos que no pasan control alguno, ni en el origen de los fondos, ni en su destino ni en el cumplimiento de las normas que le son de aplicación.
Esta flagrante excepción no es otra que la de los presupuestos de los sindicatos, que nutriéndose mayoritaria y fundamentalmente de dineros públicos, donaciones directas y “aportaciones” indirectas, tan interesadas como sustanciosas, permiten que de una capa que es nuestra, los dineros públicos que les regalan, hagan a su antojo su sayo, consiguiendo los generosos donantes de los dineros ajenos que la tranquilidad laboral para patronos y gobiernos sea moneda de cambio, y nunca mejor aplicado, de bocas sindicales tan llenas como cerradas.
¿Recuerdan Vds. la mafia policial de esa película a la que el título hace referencia, L.A. Confidencial? Pues lo mismo, pero sin Kim Bassinguer.

Pero lo que no les faltan, según algunos, son “militantas” adscritas al colectivo Hetaira.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Señor Cándido Fernández, no sabemos bien qué desea Vd. decir con su última frase: "Pero lo que no les faltan, según algunos, son 'militantas' adscritas al colectivo Hetaira". Tal vez sea una broma...

Que sepamos ni UGT ni PSOE se han declarado públicamente a favor de los derechos de las trabajadoras del sexo, prostitutas o hetairas. Aunque ya nos gustaría, significaría que las prostitutas empezarían a ser respetadas por las grandes organizaciones políticas y sindicales.
Derechos ya!
Un cordial saludo.
Colectivo Hetaira