Si alguna identidad va teniendo la actuación de los gobiernos zapaterianos en el campo económico, es la facilidad con que riegan con miles de millones de euros a sus nuevos amigos, sean ladrilleros, -“martinsos” o “sacyrianos”-, sean mediáticos,-“barrosos-rourerianos”-, sean eléctricos-tarifarios o bancarios-cajeros.
Desde el primer minuto de la acción subvencionadora de Zp, siempre realizada con dineros de los trabajadores, siempre, a la más mínima queja de estos “minusválidos económicos”, los dueños de los sectores antes citados, siempre la generosidad zapateriana se ha demostrado en todo su esplendor.
Siempre una lluvia de millones de euros ha inundado sus repletas arcas y nunca a sus demandas se les ha respondido con exigencias de más rigurosa gestión empresarial, nunca se les ha demandado más inversión en bienes de equipo y en tecnología, nunca se les ha impuesto que habiliten medios de formación del personal, nunca se les ha impuesto la formación de reservas para afrontar con seguridad posibles futuros procelosos. Nunca.
Siempre, la mano generosa de los chicos de Zp, tan generosa como interesada, -casos Taguas y Pedro Pérez-, ha derramado un maná económico que no les pertenecía.
Hay quien cifra en más de cien mil millones de euros los habilitados para los ladrilleros en los últimos meses de 2007 y los primeros de 2008. ¿Y de qué sirvieron? Solo para despedir a 500.000 trabajadores más.
Hay quien cifra en más de 50.000 millones de euros los que hasta el momento los progresistas de Zp han cedido graciosamente a los desheredados de la fortuna de los bancos y cajas españoles. ¿Y de qué han servido?. Solo para pagar sus deudas con bancos extranjeros y para que cobren el 9% por créditos concedidos a empresas y particulares cuando el Euribor está al 1% y bajando.
Por el contrario aun no hay nadie que en el barullo de las tarifas eléctricas, con impuestos en cascada, -que no sé yo si acabaran en las arcas públicas-, haya dicho esta boca es mía cuando el desvergonzado del Sebastián no ha perdido un solo minuto y desde su nombramiento se ha afanado en alimentar a los que serán su colchón cuando antes o después salga de la poltrona ministerial. Y como constatación de su esfuerzo baste el referir un único dato que allá por junio de 2008 se difundió. Se estimaba que solo en el segundo semestre de 2008 los ingresos de las eléctricas, resultantes de la subida entonces aplicada, se incrementarían en unos 25.000 millones de euros a pesar del descenso del consumo de energía previsto. Por no hablar del premeditado aplastamiento que el puntero sector de las energías alternativas ha sufrido a instancias de las iberdrolas, fenosas y etcéteras similares del watio.
Todas estas actuaciones, las que desvergonzadamente llaman de política económica discrecional, se fundamentan en llenar los bolsillos a los que llenos los tienen con dineros provenientes de los más escuálidos económicamente, los de los trabajadores.
La última discrecionalidad en contra del patrimonio público es de esta misma semana y es la ocurrencia de meterles más dinero vía publicidad a sus amiguitos los “prisaicos” y “rourerianos”, ya que la eliminación de la publicidad de una TVE con deudas casi billonarias, así lo provocará. Resultado, las telecos, que abonarán tasas a TVE, se rebelan y como manda más Alierta que la vice-fashion, nos subirán la tarifa del teléfono y de internet a todos los españolitos.
Visto lo anterior, cualquiera podría suponer que cuando se encontrasen con un problema, mas supuesto que real, de sostenibilidad económica, de algún servicio público básico, esencial y socialmente imprescindible, procederían, en buena lógica, a subirnos las tarifas. Pues no. Nada de eso.
Desde el primer minuto de la acción subvencionadora de Zp, siempre realizada con dineros de los trabajadores, siempre, a la más mínima queja de estos “minusválidos económicos”, los dueños de los sectores antes citados, siempre la generosidad zapateriana se ha demostrado en todo su esplendor.
Siempre una lluvia de millones de euros ha inundado sus repletas arcas y nunca a sus demandas se les ha respondido con exigencias de más rigurosa gestión empresarial, nunca se les ha demandado más inversión en bienes de equipo y en tecnología, nunca se les ha impuesto que habiliten medios de formación del personal, nunca se les ha impuesto la formación de reservas para afrontar con seguridad posibles futuros procelosos. Nunca.
Siempre, la mano generosa de los chicos de Zp, tan generosa como interesada, -casos Taguas y Pedro Pérez-, ha derramado un maná económico que no les pertenecía.
Hay quien cifra en más de cien mil millones de euros los habilitados para los ladrilleros en los últimos meses de 2007 y los primeros de 2008. ¿Y de qué sirvieron? Solo para despedir a 500.000 trabajadores más.
Hay quien cifra en más de 50.000 millones de euros los que hasta el momento los progresistas de Zp han cedido graciosamente a los desheredados de la fortuna de los bancos y cajas españoles. ¿Y de qué han servido?. Solo para pagar sus deudas con bancos extranjeros y para que cobren el 9% por créditos concedidos a empresas y particulares cuando el Euribor está al 1% y bajando.
Por el contrario aun no hay nadie que en el barullo de las tarifas eléctricas, con impuestos en cascada, -que no sé yo si acabaran en las arcas públicas-, haya dicho esta boca es mía cuando el desvergonzado del Sebastián no ha perdido un solo minuto y desde su nombramiento se ha afanado en alimentar a los que serán su colchón cuando antes o después salga de la poltrona ministerial. Y como constatación de su esfuerzo baste el referir un único dato que allá por junio de 2008 se difundió. Se estimaba que solo en el segundo semestre de 2008 los ingresos de las eléctricas, resultantes de la subida entonces aplicada, se incrementarían en unos 25.000 millones de euros a pesar del descenso del consumo de energía previsto. Por no hablar del premeditado aplastamiento que el puntero sector de las energías alternativas ha sufrido a instancias de las iberdrolas, fenosas y etcéteras similares del watio.
Todas estas actuaciones, las que desvergonzadamente llaman de política económica discrecional, se fundamentan en llenar los bolsillos a los que llenos los tienen con dineros provenientes de los más escuálidos económicamente, los de los trabajadores.
La última discrecionalidad en contra del patrimonio público es de esta misma semana y es la ocurrencia de meterles más dinero vía publicidad a sus amiguitos los “prisaicos” y “rourerianos”, ya que la eliminación de la publicidad de una TVE con deudas casi billonarias, así lo provocará. Resultado, las telecos, que abonarán tasas a TVE, se rebelan y como manda más Alierta que la vice-fashion, nos subirán la tarifa del teléfono y de internet a todos los españolitos.
Visto lo anterior, cualquiera podría suponer que cuando se encontrasen con un problema, mas supuesto que real, de sostenibilidad económica, de algún servicio público básico, esencial y socialmente imprescindible, procederían, en buena lógica, a subirnos las tarifas. Pues no. Nada de eso.
(Continuará)
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