martes, 19 de mayo de 2009

“PROGRESANDO”

Como ya hace tiempo que decidí que lo mejor que se puede hacer en política es denunciarles con sus propios hechos y palabras, hoy toca otra más sobre la realidad de estos progresistas de Zp.
Hoy don Octavio Granado, a la sazón Secretario General de la Seguridad Social y al tiempo Secretario Federal de Economía de la Ejecutiva Federal de Zp, ha mantenido que “es más importante que se ayude a mantener la liquidez de la empresas, retrasándoles el cobro de las cuotas, a que la Seguridad Social tenga más capacidad económica”. Don Octavio, haciendo referencia a los aplazamientos de las dotaciones económicas al fondo de reserva de la S. Social, explicó que las dotaciones al fondo se retrasan este año porque también se aplazan los cobros de las cuotas empresariales ante la crisis, y recordó que las empresas son la primera fuente de mantenimiento del sistema y que, por tanto, "tiene más sentido ayudarlas en este momento”.
No obstante, y ante "un posible quebranto" derivado de los aplazamientos concedidos, Granado anunció que se invertirá en deuda española parte del fondo de Prevención y Rehabilitación de la Seguridad Social, que tiene más de 3.000 millones de euros y gasta "escasamente" unos 100 millones de euros.
Así, la posible pérdida que se produzca debido a los aplazamientos "que seguiremos concediendo a las empresas" se compensará con la inversión en activos financieros a corto y medio plazo.
Hasta aquí lo reflejado en la prensa sobre la preferencia de respaldo económico y financiero del gobierno en el campo de la protección social. Es evidente que prefieren defender a las empresas que no a los trabajadores en unos tiempos en los que los gestores del sistema de la S. Social y la banca coinciden de forma pero que muy interesada en mantener que el futuro de las pensiones está en entredicho.
Ante tal hecho cabe preguntarse solo dos cuestiones. Si pasado mañana a un trabajador despedido y que haya agotado todas las prestaciones, las existentes y aquellas que aun no se han puesto en funcionamiento y que ya veremos si llegan a concretarse, le llega el momento de la jubilación legal y resultase que por la acción despedidora de las empresas así protegidas por don Octavio, su vida laboral última reflejase periodos de carencia, sin cotización a la Seguridad Social, por no haber encontrado trabajo en algún o alguno de los años que se contemplan, quince, para la determinación de la cuantía de la pensión, ¿Qué comprensión y ayudas encontraría este trabajador por parte de ese mismo sistema que a las empresas aplaza el pago de cuotas? ¿Alguien cree que estos progresistas tendrían en consideración la situación antes descrita, que con toda seguridad a miles de trabajadores afectará, y en equivalencia a la comprensión que muestran hacia las empresas, les mantendrá la cuantía de la pensión que les hubiese correspondido de no haber sido despedidos por aquellos a los que ahora estos progresistas de lo suyo ayudan?
En caso de que alguien conteste afirmativamente a esta última cuestión, estoy en condiciones de recomendarle a un amigo, eminente siquiatra, que se ha distinguido profesionalmente por rescatar a muchos pacientes de adiciones tan perniciosas como alienantes.

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