EL ESTADO DEL NEGOCIO

Aunque muy pocos lo crean, eso de coger dinero ajeno para prestarlo y cobrar por esta intermediación es un servicio publico sometido a autorización y supervisión del Estado, lo cual significa que para hacerse banquero, que no bancario, hay que obtener lo que llaman un “ticket” que el Ministerio de Hacienda a través del Banco de España concede a quien ellos estiman oportuno y siempre que el solicitante cumpla unas determinadas y cambiantes condiciones que atienden a………...¡a cuáles son los apellidos del peticionario!.
Es por este origen, que el Banco de España, el llamado supervisor, establece normas y mecanismos que en principio son de obligado cumplimiento por parte de todas las entidades financieras establecidas en el territorio nacional. (O lo que este ahora sea).
Se podría suponer que el supervisor tiene como fundamental misión el velar por la seguridad de los dineros que los ciudadanos y empresas depositan en los bancos o cajas de ahorro, pues no. El devenir mas inmediato está demostrando que la labor fundamental del supervisor es velar y actuar por la estabilidad, los resultados y la imagen de esas entidades, por más que nos vendan que todo ello supone, a la postre, salvaguardar nuestros ahorros, lo cual, aun no siendo falso, es un aspecto absolutamente marginal en sus preocupaciones y en su actuación.
La última prueba de que el supervisor solo está preocupado por los resultados de la banca y por la imagen de la misma, es la ultima circular del Banco de España que dirigida a las cajas de ahorro les impone la obligación de no presentar resultados positivos que pudieran ser llamativos, para lo cual y dado que la contabilidad es un arte tan próximo a la prestidigitación como lejano a la verdad, les encamina, don MAFO, a que los posibles beneficios se “oculten”, se “tuneen”, en dos huchas particulares internas que denominan “provisiones genéricas” y “provisiones especificas”. De esta forma los beneficios no aflorarán en sus resultados y de esa misma manera las entidades de crédito se fortalecerán, más aun, al disponer de más reservas para los malos tiempos que vienen, ya que en contra de lo que dice su jefa, la Salgado, el gobernador del BdE estima que no es que vayamos a tener una selva de brotes verdes, es que las plagas bíblicas palidecerán ante lo que se avecina a partir de septiembre..
La particularidad que tiene este proceder, este abracadabra contable, es que esos beneficios convertidos en legales y ocultas reservas, al no ser declarados como tales, no pagan impuestos, con lo cual el estado hace un pan como unas hostias, mientras que las entidades que debieran prestar el servicio publico de financiar a la economía española, engordan con estos regalados panes que de hostias no tienen nada.
Teniendo en cuenta que en el primer trimestre de este 2009 las cajas dieron conjuntamente un beneficio de casi 2000 millones de euros y, por el contrario, este segundo trimestre, el de los supuestos brotes verdes, esos beneficios, de hacer caso al gobernador del Banco de España, artificialmente van a desaparecer, esto supondrá que las arcas de la hacienda pública dejarán de ingresar mas de seiscientos millones de euros. Un nuevo regalito a los que menos tienen.
Mientras esto sucede, se están llevando a cabo los costosísimos nombramientos de las ocho personalidades que compondrán el consejo rector del Fondo para la Reestructuración Ordenada Bancaria, esa cosa por cuya actuación el gobierno mas socialdemócrata de Europa y del mundo mundial, pondrá a disposición de la banca española otros noventa mil millones de euros, dicen que al 1,93% de interés, con la sola condición de “racionalizar” el mapa de oficinas bancarias, eufemismo que oculta la ya sabida y calculada decisión de despedir a unos 35.000 trabajadores de la banca.
Casualmente, al mismo tiempo, el Consejo General del Poder Judicial prevé que este año se dupliquen los embargos hipotecarios que pasaran de 58.686 habidos en 2008 a 114.958 en 2009 y estiman que en 2010 se alcanzarán los 181.030.
¿Se imaginan Vds. que al igual que el Banco de España, el gobierno este que se dice progresista, determinase por Decreto que todos, todos los gastos necesarios de una familia de trabajadores que solo tuvieran ingresos por trabajo dependiente estuviesen exentos de tributación alguna? ¿O que todo lo que percibiesen los parados estuviese tambien exonerado de presion fiscal alguna? No, ¿verdad? Yo tampoco.