Allá por los tiempos gloriosos del Imperio Romano, que prometo no conocí, debía tenerse a gala una practica tan orgullosa como ejemplarizante para aquellos que no supieran comportarse con la dignidad que los dueños de aquel mundo se imponían a si mismos.
Tanta era la fortaleza y la influencia que ese imperio ejercía en el mundo, que la mísera condición humana, tan baja y extensa como lo pueda ser hoy día, brindaba al poder sumisión vasallaje y traición a los que o no se sometían al imperio, o al menos plantaban alguna que otra condición a su dominio.
De esas circunstancias debió nacer el dicho al que me refiero. Roma no paga a traidores.
Como digo, orgullo, altanería, fuerza, decisión, firmeza y nobleza en partes iguales se concentran en cinco palabras las cuales ponen de manifiesto cuanto de respeto habría que mostrar a quien así actuase.
Ni que decir tiene que como todo imperio, aquel también cayó, cuanto antes no caeran los que hoy se reclaman imperios siendo tan solo ínsulas, tan Baratarias, como ruines.
Hoy en este "imperio" zapaterista, se ha comprobado que Moncloa no solo paga a traidores, si no que los que allá siguen habitando están infectados del virus de la traición.
Traicionaron el devenir histórico del Psoe y su mas nobles señas de identidad, la fraternidad y la igualdad, traicionaron a todos los que siempre han aguantado, en primera linea o en solidaria segunda, los envites de los asesinos cuando estos eran auténticamente operativos, y siguen en su descenso al mas profundo averno de la traición practicandola con socios sindicales, ya que no otra cosa son los que en la compraventa "De la Rocha-Congreso de los Diputados", se practicó hace unos meses.
De ahí se deriva la traición que los federales de la UGT han aplicado a los que día a día están al lado de los trabajadores. Ellos, los que sonríen hacia y con el poder del ministro de turno, han acuchillado no solo a esos sindicalistas próximos a los intereses de los trabajadores, han acuchillado a sus afiliados y al conjunto de los trabajadores de la Justicia, y de rebote han ayudado a enviar un mensaje desalentador a cualquier otro colectivo que con problemas parecidos pudiera estar valorando reivindicar sus derechos.
Su mensaje es nítido, quien valore sus derechos por encima de las prebendas de las cúpulas sindicales y de las conveniencias gubernamentales se encontrará no solo desasistido, sino en última instancia traicionado, apartado y difamado, y si su mensaje es claro los roles en esta traición han estado diáfanos, sus grandes interpretes han sido Candido "Servilia" Mendez, Julio "Brutus" Lacuerda y Mariano "Casio" Fdez. Bermejo, y con algun que otro ayudante, han asesinado a quienes en un imperio democratico son, debieran ser el Caesar, EL PUEBLO.
Esto que ha sucedido con la huelga de los funcionarios de la Justicia es un hito que pasará momentaneamente desapercibido y sin su justa importancia, por supuesto negativa, que en el sistema político y sindical habrá de tener en el futuro, cuando los que coadyuvan mediaticamente al poder visualicen que estas practicas antidemocráticas y mafiosas corroen el sistema y provocan las reacciones contrarias a lo que los poderosos pretenden.
Mientras, los que de una forma u otra cobren réditos de esta traición disfrutarán de pasajeras canonjías, pero unos y otros, incapaces de ver horizonte histórico alguno, no aprecian que ellos son los que diciendo ayudar a sostener este sistema, lo que en realidad hacen es torpedearlo, si bien lentamente, pero lentamente se ahogarán en sus miasmas y en sus miserias.
Si el imperio romano cayó, esto, que es el imperio de la traición y la mentira, -cuantos Brutos no tendrá este Caesar-, no caerá, solo se hundirá mas.
1 comentario:
No tengo la suerte de conocerte, tengo 54 años y milito en la UGT desde hace mas de 25 años.
Me ha sorprendido la frescura de tu artículo y la claridad con la que describes la tan lamentable actuación de nuestros dirigentes sindicales.
Estoy absolutamente de acuerdo contigo en que aún no se ha valorado correctamente el alcance del conflicto de Justicia.
Espero que el tiempo coloque en su sitio a los que han permitido y propiciado este gran y escandaloso desaguisado.
Y aviso para los mismos navegantes: unas cuantas decenas de miles de empleados públicos empiezan a acariciar la idea de reproducir lo de Justicia en su ámbito, es decir, 190 euritos o la huelga indefinida....hasta que llegue Lacuerda y Cia.
Un cordial saludo.
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